El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, rechazó «de manera integral» las palabras de Donald Trump en su discurso de investidura donde prometió recuperar el canal de Panamá, al señalar una vez más que «el Canal es y seguirá siendo de Panamá».

«En nombre de la República de Panamá y su pueblo, debo rechazar de manera integral las palabras esbozadas por el presidente Donald Trump relativas a Panamá y su Canal en su discurso inaugural. Reitero lo expresado en mi mensaje a la Nación, el pasado 22 de diciembre: el Canal es y seguirá siendo de Panamá», señaló en un comunicado el mandatario panameño.

Trump reiteró que va a «recuperar» el Canal de Panamá debido a que, según afirmó, está «operado por China», y además se quejó nuevamente del alto precio que estarían pagando los barcos estadounidenses al cruzarlo.

«No se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá, y lo vamos a recuperar», señaló el mandatario estadounidense en su discurso.

Sin presencia China

Mulino, en el comunicado publicado en X, volvió a asegurar que «no hay presencia de ninguna nación del mundo que interfiera con nuestra administración. El Canal no fue una concesión de nadie. Fue el resultado de luchas generacionales que culminaron en 1999, producto del tratado Torrijos-Carter», subrayó.

«Y, desde entonces hasta la fecha, por 25 años, de manera ininterrumpida, lo hemos administrado y expandido con responsabilidad para servirle al mundo y su comercio, incluyendo a los Estados Unidos», agrega en el comunicado.

El canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso total al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999, como quedó establecido en los Tratados Torrijos-Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter.

Así, apuntó Mulino: «Ejerceremos el derecho que nos ampara, la base jurídica del Tratado, la dignidad que nos distingue y la fortaleza que nos da el Derecho Internacional como vía idónea para manejar las relaciones entre países y, sobre todo, entre países aliados y amigos, como lo demuestran la historia y nuestras actuaciones respecto a los EEUU».

Y concluyó, en tono conciliador, que «el diálogo es siempre la vía para aclarar los puntos mencionados sin menoscabar nuestro derecho, soberanía total y propiedad de nuestro Canal».

«Panamá, de los panameños»

El ya presidente estadounidense acusa desde diciembre a la administración del canal de cobrar tarifas excesivas a EE.UU., así como un supuesto control de la vías por parte de China, ambos extremos negados reiteradamente por las autoridades panameñas.

Las continuas afirmaciones de Trump sobre la «recuperación» del Canal de Panamá han generando un amplio rechazo en el país centroamericano, especialmente desde el Gobierno panameño, que ha reiterado en varias ocasiones que el «el Canal es y seguirá siendo panameño» y es «incomprable».

El traspaso de la vía a manos panameñas hace 25 años es una «lucha» histórica y una «conquista irreversible» por la soberanía total de Panamá que se extendió durante décadas, como ha señalado el Ejecutivo de Panamá.

Además de los Tratados Torrijos-Carter, que devolvieron el canal a Panamá, existen documentos, relativos a la neutralidad permanente y la operación de la vía firmados por EE.UU. y Panamá en 1977, que son de «obligatorio» cumplimiento y pusieron fin al tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 que le dio a EE.UU. los derechos a perpetuidad para construir y usufructuar el canal iniciado por los franceses, como explicó a Efe el exmandatario panameño (1978-1982) y exnegociador de los Tratados Torrijos-Carter de 1977, Arístides Royo.

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