Acabó enloquecido. Sin encontrar explicaciones tácticas a lo que acababa de ver sobre el césped de Lisboa, ese lugar casi sagrado para él porque hace poco más de cinco años conquistó la Champions con el Bayern Múnich. Entonces, aplastó al Barça de Messi y Suárez. Y ahora remontó al Benfica. «Lisboa me deja siempre buenos recuerdos», dijo el alemán tras el milagroso 4-5.

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