España es el séptimo país que más confianza tiene en la ciencia y en los científicos, según un estudio que publica la revista ‘Nature Human Behaviour’ basado en una encuesta a 71.922 personas de 68 países, el mayor conjunto de datos mundiales sobre la confianza en la ciencia desde la pandemia del COVID-19. Pese a los reiterados ataques que minan la credibilidad de la ciencia, el estudio concluye que en la mayoría de los países, la mayor parte de los ciudadanos confía en los científicos y en los métodos científicos –en los países occidentales, más las personas con opiniones políticas de izquierdas que de derechas–.
Aun así, los autores del estudio advierten de que la falta de confianza en los científicos, incluso por parte de una pequeña minoría, debe tomarse en serio. «La desconfianza de las minorías puede afectar las consideraciones de evidencia científica en la formulación de políticas, así como las decisiones de los individuos que pueden afectar a la sociedad en general, especialmente si reciben una amplia cobertura de los medios de comunicación e incluyen a personas en posiciones de poder que pueden influir en la formulación de políticas», exponen.
Para el biólogo vigués Antonio Figueras, investigador del Instituto de Investigaciones Marinas (CSIC), la politización y la proliferación de bulos sobre temas científicos en las redes sociales influyen directamente en la pérdida de confianza en la ciencia. «Temas como el cambio climático y las vacunas se emplean muchas veces como armas políticas. Si el cambio climático es algo exclusivo o no de la mano del hombre se puede debatir, pero que está habiendo cambios en los patrones, no. Negar estos cambios significa no adoptar medidas. ¿Estamos haciendo algo con respecto a la subida del nivel del mar? No. Es como si no pasara nada. A mí, y a muchos otros científicos, me preocupan los débiles afloramientos debido a la falta de fuertes vientos del norte, que tienen un fuerte impacto en la pesca y el marisqueo», afirma el colaborador científico de FARO.
La polarización es otro factor a tener en cuenta. «La polarización izquierda-derecha puede hacer que la gente acabe confundiendo la politización de la ciencia con la ciencia en sí. Lo vimos con la dana: los científicos estamos avisando de que estos fenómenos serán cada vez más frecuentes, mientras los políticos los usan para atacarse mutuamente», explica.
Creíbles
La mayoría también considera que los científicos están cualificados (78%), son honestos (57%) y se preocupan por el bienestar de las personas (56%). «Trabajamos para mejorar el conocimiento y la calidad de vida. Somos una comunidad que estamos continuamente evaluándonos y, en general, somos honestos. Los trabajos experimentales, por ejemplo, tienen que ser reproducibles. Cualquier científico tiene que poder conseguir los mismos resultados que describimos en nuestra metodología. Y todos los datos de secuenciación tienen que hacerse públicos y accesibles en bases de datos públicas. Por eso somos creíbles», afirma.
El estudio revela también que una gran mayoría (83%) cree que los científicos deben comunicar la ciencia al público. La divulgación es una faceta que Figueras defiende para dar a conocer la labor de los científicos y de la ciencia. Por ello, defiende una mayor accesibilidad de los centros de investigación, para que el público conozca que se hace en ellos y para qué.
«La desinformación en las redes es brutal y creo que las instituciones científicas deberían ser más transparentes, pero, sobre todo, creo en la comunicación y en la proximidad entre científicos y sociedad. Creo que los científicos debemos informar de nuestro trabajo para que haya una cultura científica y la gente no se quede con lo primero que ve en internet», afirma.
«La desinformación en las redes es brutal y creo que las instituciones científicas deberían ser más transparentes»
Atendiendo a la clasificación mundial, los diez países con más confianza en la ciencia son Egipto, India, Nigeria, Kenia, Australia, Bangladesh, España, Turquía, Nueva Zelanda y Argentina. Con niveles de confianza media están el Reino Unido, que ocupa el puesto 15, tres puestos por detrás de Estados Unidos, pero por delante de Canadá (17) y de muchos países europeos como Suecia (20), Dinamarca (22), Portugal (35), Bélgica (37), Países Bajos (40) y Alemania (44). Entre los que menos confían en la ciencia se encuentran Albania (puesto 68), seguida de Kazajstán (67), Bolivia (66), Rusia (65) y Etiopía (64).
La encuesta también revela algunos aspectos preocupantes como que menos de la mitad de los encuestados (42%) cree que los científicos prestan atención a las opiniones de los demás. Los resultados también muestran que muchas personas, en muchos países, consideran que las prioridades de la ciencia no siempre coinciden con sus propias prioridades.
Prioridades
En este sentido, los participantes concedieron una gran prioridad a la investigación dedicada a mejorar la salud pública, resolver los problemas energéticos y reducir la pobreza y menos al desarrollo de la tecnología militar y de defensa, dos ámbitos que creen que reciben más atención de la debida.
Los autores del estudio recomiendan a los científicos que se tomen en serio estos resultados y busquen formas de ser más receptivos a las reacciones y abiertos al diálogo con el público, que estudien formas de llegar a los grupos conservadores en los países occidentales y que, con el tiempo, consideren su papel a la hora de establecer prioridades acordes con los valores públicos
La investigación ha sido realizada por TISP Many Labs, un consorcio con sede en la Universidad de Harvard dirigido por Viktoria Cologna (Universidad de Harvard, RTH de Zúrich) y por Niels G. Mede (Universidad de Zúrich), que engloba a 241 investigadores de 169 instituciones de todo el mundo, entre ellas la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).
El doctor Antonhy Fauci, especialista en enfermedades infecciosas y principal responsable científico de la gestión del COVID-19 en Estados Unidos, es el exponente más ilustrativo de los ataques que reciben muchos investigadores en las redes sociales. Fauci llegó incluso a ser amenazado. Ayer, horas antes de abandonar la presidencia de EE UU, Joe Biden emitió un indulto preventivo por si su sucesor, Donald Trump, tomaba represalias contra el exasesor médico de la Casa Blanca.
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