- Evitar guerras internas en liderazgos sólidos
- Una ola de derechas con Trump
- Prepararse para las elecciones de 2027
El Partido Socialista ha optado por intentar reforzase territorialmente, y ha priorizado protegerse electoralmente antes que batallar las primarias a barones críticos y consolidados para enfrentar la «ola ultraderechista» que se avecina, según la clasifican altos cargos del partido. Una estrategia que ha seguido en Extremadura, donde Miguel Ángel Gallardo ha ganado dos primarias en menos de un año, y también en Castilla-La Mancha, sin oposición alguna a Emiliano García-Page.
Ferraz prevé una ola conservadora y reaccionaria en toda Europa tras la llegada de Donald Trump, de nuevo, a la presidencia de los Estados Unidos. Un liderazgo que se une al de Javier Milei en Argentina, Giorgia Meloni en Italia, y, prevén, al de Marine Le Pen en Francia. Un dominó de movimientos que también impactará en España, según vaticinan los socialistas, a raíz del segundo mandato del magnate norteamericano.
Evitar guerras internas en liderazgos sólidos
El PSOE ha querido evitar enfrentamientos con barones críticos que tengan especial apoyo entre las bases. Por eso no ha tratado de armar una candidatura alternativa a Page, que cuenta con total apoyo en la federación: primero, porque sigue ganando con mayoría absoluta y es el barón con más tirón electoral de todo el partido. Y segundo, porque la prioridad es, precisamente, reforzar aquellos perfiles que tienen más posibilidades de ganar en 2027.
Abrir una guerra en Castilla-La Mancha ahora pondría en peligro el poder que ya tiene el PSOE en la autonomía. Un polvorín que en Ferraz no quieren ni imaginar. Aún menos habiendo mantenido el poder en ese territorio, algo que no sucedió en Aragón, Extremadura, Baleares o Comunidad Valenciana.
Del mismo modo, en Ferraz daban por hecha la amplia victoria que ha terminado consiguiendo Gallardo, que no era el favorito de la dirección, pero sí contaba con el apoyo de los militantes extremeños. Ferraz prefería a Esther Gutiérrez, que sacó el 38% de los votos, pero reconoce que Gallardo tiene un apoyo muy fuerte que prima frente a lo crítico que ha sido con políticas impulsadas desde Madrid.
Una ola de derechas con Trump
El PSOE vaticina, con datos en la mano, que la llegada de Trump se convertirá en el gran impulso de las formaciones conservadoras y ultraconservadoras para llegar al poder. En Argentina o Italia ya lo han conseguido, y dan por hecho que lo harán en Francia.
También en Alemania, donde la candidata de Alternativa —homólogo de Vox en España— fue entrevistada por Elon Musk, mano derecha de Trump y dueño de X —antiguo Twitter—.
En Ferraz calculan que esa ola de apoyo a los partidos de derechas empujará a PP y Vox una vez Trump comience a gobernar este lunes en Estados Unidos. Una amenaza que ha servido a los socialistas seguir un objetivo claro en la renovación territorial: protegerse e impulsar a los candidatos con mayores opciones de ganar, aunque se trate de perfiles críticos con Ferraz.
Prepararse para las elecciones de 2027
Ferraz, que sí se ha movido en otros territorios, como Castilla y León o la Comunidad de Madrid. En el primero, Luis Tudanca, actual secretario federal sin el apoyo del aparato del partido, ha confirmado que no se presentará a las primarias después de haber tenido un enfrentamiento abierto con Ferraz sobre cuándo convocarlas.
Del mismo modo, Juan Lobato, que apoyó a su homólogo castellano y leonés en su afrenta con la cúpula socialista, terminó dimitiendo para dejar paso a Óscar López, jefe de gabinete del presidente, Pedro Sánchez, hasta este septiembre y ahora ministro de Función Pública.
Pero en ambos casos, la cúpula del PSOE estaba segura de que no representaban la mejor opción para recuperar el poder en sendos territorios, de ahí que sí decidiera apoyar liderazgos alternativos. Todo con una meta: las elecciones autonómicas de 2027 que precederán a las generales.