Recordado en las crónicas por su talante pacificador, Tenesor Semidán, cristianizado como Fernando Guanarteme, es uno de los referentes históricos que configuró el proceso de la conquista de Canarias. La Asociación Cívico Cultural Fernando Guanarteme Rey Canario ha propuesto otorgarle una distinción histórica para rememorar el legado del que fue negociador directo con los Reyes Católicos.
La asociación, cuyo fin es «estudiar y recuperar» al guanarteme, ha remitido un escrito al Cabildo de Gran Canaria y a todos los ayuntamientos de la Isla para formalizar su propuesta. A través del mismo, manifiestan que dicho reconocimiento serviría para resaltar su «mensaje atemporal» que buscaba «una perspectiva de futuro y de progreso para las Islas».
Esta iniciativa pretende que los 21 municipios, así como el Cabildo, se sumen a la creación de esta distinción para dar a conocer la historia del Archipiélago y a una de sus relevantes figuras. En este sentido, la entidad elaboró de una guía de 100 preguntas y respuestas sobre su persona, entre otras acciones.
Un legado controvertido
Tenesor Semidán nació en Agáldar en el año 1447 y falleció «pobre y necesitado» en Tenerife, en 1496, poco antes del que tendría que haber sido su cuarto viaje a la Corte. Fue en aquel momento cuando Tenerife comenzó a formar parte de la Corona de Castilla.
Su papel como último rey de los aborígenes canarios no está exento de debate. Algunos lo rememoran como un «visionario» que fue capaz de negociar con los Reyes Católicos en pro de la integridad del pueblo isleño. Otros, por el contrario, lo tachan de «traidor» al considerar que esas mismas negociaciones fueron en contra de los intereses de los aborígenes.
Según la guía elaborada por la Asociación Cívico Cultural Fernando Guanarteme Rey Canario, los diálogos por la paz lograron «el final del conflicto de Gran Canaria con respeto a la libertad de sus pobladores y el estatus de igualdad con los castellanos». Así pues, el tratado que recoge estas condiciones se convirtió en un «hito histórico por implicar a un reino aborigen y a otro cristiano europeo».
