Los Hispanos cerraron este lunes la Ronda Preliminar del Mundial de balonmano con un trabajado empate contra Suecia (29-29). Pese a ir por detrás en el marcador durante toda la primera mitad, la selección que dirige Jordi Ribera mostró de nuevo su versión más luchadora para recortar distancias y conseguir el valioso punto para acceder a la siguiente fase del campeonato.
Un empate gestado en gran parte gracias a la actuación de ambos porteros. Por un lado, el sueco Andreas Palicka, que firmó un 31% de efectividad en la primera parte. Por otra, el guardameta del Barça, Gonzalo Pérez de Vargas, quien contribuyó con sus paradas a la recuperación de España y acabó el encuentro también con un 31% de paradas (9 de 29).
Y no solo eso sino que fue también protagonista de uno de los grandes momentos del partido. Con 20-14 en el marcador, Pérez de Vargas demostró su grandeza tras parar un penalti a su compañero de equipo Wanne. El colegiado entendió que el lanzamiento había ido a la cara del portero, lo que suponía la tarjeta roja y la expulsión, pero Gonzalo se acercó al árbitro para intentar corregir esa decisión. «Me ha dado en el brazo», explicó al árbitro quien revisó la jugada y retiró la tarjeta.
Wanne, por su parte, agradeció el gesto al que es su compañero en el Barça con un abrazo, en otro gesto de deportividad y compañerismo, más allá del resultado en el marcador.
La deportividad del portero toledano no pasó desapercibido y al final del partido recibió el Premio al Juego Limpio. Por su parte, Albin Lagergren recibió el MVP del encuentro.