En el verde paisaje de las montañas de Turrialba, en la provincia costarricense de Cartago, se encuentra Mollejones, un pequeño pueblo que cautiva con su autenticidad y compromiso con la sostenibilidad.
Fundado en los años 30 como un asentamiento agrícola, Mollejones ha evolucionado con el tiempo, transformándose en un referente de turismo rural donde las tradiciones y la naturaleza son protagonistas. Aquí, cada visitante encuentra una razón para desconectar del bullicio de la vida moderna y conectar con lo esencial.
Con solo 200 habitantes, este rincón escondido combina una rica herencia cultural con paisajes de ensueño, creando una experiencia única para sus visitantes.
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Viviendo las tradiciones de Mollejones
Más allá de su espectacular entorno natural, Mollejones es un lugar donde las tradiciones se viven y se comparten. Las familias locales han abierto las puertas de sus hogares para mostrar a los visitantes sus costumbres. En la terraza de los Ramírez Vargas, los turistas pueden aprender a elaborar pan artesanal mientras disfrutan de vistas panorámicas de los valles circundantes.
En otro rincón del pueblo, la familia Montenegro Salmerón enseña el arte de preparar cajetas, un dulce típico a base de leche y azúcar. “Compartir nuestra cultura es una forma de mantenerla viva y de conectar con quienes nos visitan”, comentan los Montenegro con orgullo.
El cuidado del entorno es una prioridad para los habitantes de Mollejones. “Queremos que este lugar conserve su magia para las generaciones futuras”, dice doña María Vargas, una de las líderes locales. Este enfoque sostenible ha convertido al pueblo en un modelo de turismo responsable, donde la preservación de los recursos naturales y culturales es el eje de su desarrollo.
Las tardes en Mollejones concluyen en su cancha deportiva, un espacio que se transforma en el corazón de la vida comunitaria. Los visitantes pueden unirse a los bailes folclóricos, participar en juegos tradicionales y disfrutar de cenas compartidas que reflejan el espíritu acogedor del pueblo.
Rafting en el río Pacuare: adrenalina en estado puro
El río Pacuare, considerado uno de los más bellos del mundo, ofrece a los aventureros la oportunidad de explorar 24 kilómetros de emocionantes rápidos de niveles III y IV. En su recorrido, los visitantes se sumergen en un entorno natural impresionante, rodeado de cañones y selvas tropicales que parecen sacados de un sueño.
“El Pacuare es mucho más que un río; es nuestra identidad y nuestra fuente de vida”, explica José Calderón, guía local. Con cada remada, los visitantes no solo experimentan la emoción del rafting, sino que también descubren la biodiversidad que hace de esta región un paraíso natural.
Visitar Mollejones es mucho más que un simple viaje; es una inmersión en la esencia de Costa Rica. Ya sea que busques emociones en el río Pacuare, desees descubrir tradiciones auténticas o simplemente anheles tranquilidad, este pequeño pueblo tiene algo especial para ofrecer.
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