Entre los funcionarios europeos circula una broma que asegura que los trabajadores de la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO), ubicada en Alicante, no creen en Dios, porque ya están en el cielo. Una anécdota que ilustra el enorme atractivo que tiene la provincia para la mayoría de ciudadanos europeos, acostumbrados a pasar meses sin ver el sol en sus países de origen y que se quedan atónitos ante la luz de la Costa Blanca.

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