Kylian Mbappé está sufriendo un vaivén de emociones desde que el 16 de julio comenzara su historia como jugador del Real Madrid. Los primeros meses en la capital de España no han sido fáciles para un jugador que durante toda su vida ha jugado en Francia. La adaptación ha costado, pero este es el Mbappé que quería Florentino.
El 4 de diciembre, el francés tocó fondo en la derrota del Real Madrid ante el Athletic Club. La estrella gala venía de fallar un penalti ante el Liverpool en Anfield y en San Mamés también desaprovechó la oportunidad desde los once metros. Más allá de venirse abajo, Mbappé salió fortalecido.
A través de sus redes sociales, realizó una promesa: «Es un momento difícil, pero es el mejor para cambiar esta situación y mostrar quién soy». Dicho y hecho. Un mes y medio después, o lo que es lo mismo, en 46 días, Mbappé es otro. El ‘9’ del Real Madrid ha cogido el toro por los cuernos y ha dado un paso adelante en el momento más complicado que atraviesa el equipo.
El estado de forma en el que se encuentra el jugador francés asusta. Tras el partido ante el Athletic Club, ha sido el verdugo de Girona, Atalanta, Pachuca, Sevilla, Barça, Celta y Las Palmas. Ocho goles en los últimos nueve partidos, sólo dos menos de los que tardó en marcar en veintidós encuentros.
En los primeros 29 partidos que ha jugado con la camiseta del Real Madrid, Kylian Mbappé ha marcado 17 goles y ha repartido cuatro asistencias. El jugador ha ido de menos a más y afronta el tramo final de la temporada con un ritmo endiablado. Llegó como estrella, pero la adaptación le eclipsó, ahora es la luz que ilumina al club blanco.
Ante Las Palmas, Mbappé cuajó el mejor partido desde que llegó al Real Madrid. Los cerca de 80.000 espectadores que asistieron al Santiago Bernabéu para ver a su equipo fueron testigos de una actuación sublime del jugador fetiche para los aficionados madridistas.
El francés se desenvolvió como pez en el agua: intervino en la mayoría de las jugadas de ataque del Real Madrid; atacó los espacios en busca de abrirse hueco y encarar a Jasper Cillessen; se gustó ante la zaga del conjunto canario haciendo uso de sus habilidades técnicas y, lo más importante, marcó dos goles.
El primero fue todo un examen. Mbappé se enfrentaba al punto penalti. Una zona del campo que puede resultar la más accesible para marcar un gol, pero también la más complicada. En el recuerdo estaba Anfield y también San Mamés, pero si Ancelotti decidió apostar por el francés por algo sería.
Tras el penalti fallado por Bellingham en Mestalla ante el Valencia, el italiano asumió la responsabilidad de decidir quién sería el ejecutor de las penas máximas. Los últimos precedentes no invitaban al optimismo, pero Mbappé ahuyentó los fantasmas del pasado y descorchó una botella donde no pararon de caer goles.
Era su día. Los compañeros le buscaron durante el terreno de juego y él siempre estuvo presente en el sitio indicado en el momento adecuado. Rodrygo le sirvió el segundo gol y al filo del descanso marcó su primer hat-trick, pero desde el VAR avisaron al colegiado ya que el francés partía de fuera de juego en el inicio de la jugada.
Con una sonrisa que mostraba incredulidad, a los cinco minutos tuvo una nueva ocasión para llevarse el balón a casa. Sin embargo, como ya había sucedido en el minuto 8 de partido, el palo evitó un nuevo gol en su cuenta particular.
El Santiago Bernabéu cayó rendido a sus pies tras una actuación excepcional. Ancelotti ya avisó, aunque ahora dependía de Mbappé poner de manifiesto las palabras de su entrenador: «Su periodo de adaptación ha terminado. Necesitaba este tiempo, pero ahora le veo más motivado, ilusionado. Para 2025 le pido continuidad y que sea capaz de hacer jugadas que sólo él sabe hacer», admitió el italiano a finales de diciembre.
29 días después, Ancelotti ha ido más allá en sus elogios: «El mejor delantero centro del mundo, porque se dudaba si podía jugar en esa posición. Es un gran delantero que se encuentra muy bien en el centro, más que en la banda, porque así puede aprovechar mejor sus desmarques, que son únicos. Está en buena racha».
Mbappé ha guiado al Real Madrid hacia el liderato de La Liga. El conjunto blanco ha vuelto a hacer gala de su peligro cuando elabora las jugadas de ataque y las sensaciones difieren a cómo eran hace sólo una semana. Con Mbappé como brújula en el ataque del equipo, el Real Madrid aspira a todo.