Jordi Évole vuelve a la carga. El periodista estrena la sexta temporada de Lo de Évole este domingo 19 (21:30) en laSexta. El de Cornellà de Llobregat apuesta fuerte al irse hasta Sevilla para su regreso. Juan y Medio, icono de Canal Sur y ejemplo sobre la visibilización de los mayores en televisión y de la lucha contra la soledad no deseada, es el primer invitado de esta tanda.
“Hace unos años hubiese rajado del programa de Juan y Medio, hubiese hablado desde el esnobismo, y me encanta que la realidad me haga cambiar de opinión”, decía Évole en la rueda de prensa celebrada en la ciudad hispalense, entre los medios estuvo presente BLUPER.
“A mí la conversación con Juan me enriqueció muchísimo. Puede parecer que estoy vendiendo la moto y no es el caso. Es un tío que me parece que hace algo bueno por la sociedad, con un sector de la sociedad que no se trata como se merecen. Hay mucho paternalismo con la gente mayor y mucha condescendencia y él no la tiene”, proseguía, señalando que “todo el mundo ha pecado de elitista”.
Tras sorprender a los asistentes a la presentación al llamar en directo al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, Évole lamentaba no contar con la presencia de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, para esta sexta temporada. “Se está resistiendo”, reconoce.
Para Évole, sería sano que los rostros políticos se atreviesen a salir de su zona de confort y que concedieran entrevistas a medios aparentemente poco afines ideológicamente. “Surgirían conversaciones mucho más ricas que cuando van a un lugar en el que se sienten cómodos”, argumenta.
Lolita Flores, Mala Rodríguez, Pepe Mujica, Dani Martín y Eduard Fernández son los personajes confirmados, por ahora, de las diez entregas de esta temporada. Y ojo, porque ya adelanta que uno de los bombazos podría ser el líder de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián.
La presidenta Isabel Díaz Ayuso sigue sin coger el teléfono a Lo de Évole.
Vamos a tener otra temporada sin ella. Se está resistiendo, pero todo el mundo tiene derecho a decir que no a ir a los programas. Por supuesto que me sabe mal que sea al mío. Considero que es un formato muy transversal, hemos logrado tener a todos los presidentes vivos en democracia, sean del signo que sean. Hemos contado con Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. No entiendo muy bien el punto de este cierre hacia nosotros. No sé si Ayuso prefiere ir mejor a Susanna Griso. Pero son cosas de la vida.
¿Tiene la esperanza de que, finalmente, pueda entrevistar a la líder del PP en Madrid?
Claro, siempre mantengo la esperanza. Soy bastante cabezón. Ojalá se dé, sería fantástico. Sería una de las entrevistas más interesantes que habría hecho. Entre otras cosas, porque tenemos visiones del mundo muy diferentes y, a mí, eso me enriquece. Me gustaría escuchar y que me explicase su mirada sobre el liberalismo y su manera de entender la libertad.
Ha logrado llevar a su terreno una palabra que, hasta ese momento, no parecía propia de los partidos de derecha. Ha conseguido un hito en ese sentido. La considero una crack. Pero, vamos, si ha podido dar una entrevista a Frank Cuesta en Tailandia, confío que nos dé una próximamente.
«Si Isabel Díaz Ayuso ha dado una entrevista a Frank Cuesta en Tailandia, confío que me dé a mí una próximamente»
¿Crees que todos los políticos deberían responder en distintos medios, aunque aparentemente no sean de una línea editorial afín?
Ojalá fuese así, pero con todos. Es verdad que ellos tienen la coartada de decir que dan entrevistas y que aparecen en medios. Sería muy bueno verlos en una cadena, radio o periódico que no coincidan con su línea editorial. Surgírian conversaciones mucho más ricas que cuando van a un lugar en el que se sienten cómodos, donde las preguntas son jabón y donde no les ponen en aprietos.
Pedro Sánchez quiso utilizar esa estrategia en las elecciones. De repente, se le vio en medios que, a priori, no hubiera ido. Se atrevió a darle una entrevista a Alsina en Onda Cero y habló con Ana Rosa Quintana en Telecinco. Hasta fue a El Hormiguero, donde ha tenido sus más y sus menos. Año y medio después, nada. Sánchez no ha vuelto a ir a Alsina. Me hubiera gustado verle dándole una entrevista a Carlos Herrera o a Vicente Vallés. Los políticos se confunden en eso. Admiro mucho a los profesionales de la entrevista política y les tengo un profundo respeto y reconocimiento.
«Me hubiera gustado ver a Pedro Sánchez dándole una entrevista a Carlos Herrera o a Vicente Vallés»
¿Por ejemplo?
Ya lo he nombrado: Alsina. Hace poco, hizo una entrevista de manual a Alberto Núñez Feijóo. De hecho, no sé si consideraría que Feijóo fue a un terreno cómodo. Se da por hecho que Onda Cero tiene una línea editorial más conservadora, pero estamos hablando de una radio que tiene tanto a rostros como Alsina por las mañanas como a Julia Otero los fines de semana, y uno no tiene nada que ver con el otro. Alsina nos ha demostrado que un periodista cuando se prepara las cosas y se lo trabaja, el resultado es excelente.
Son diez programas, pero sólo se han revelado seis nombres. ¿Quiénes son los otros cuatro? ¿Algún protagonista de la política actual?
Más de uno. Confirmo que esta temporada tampoco tendremos a Moreno Bonilla. La llamada que le hemos hecho ha sido un cameo, pero no descartamos entrevistarle para la siguiente tanda. A quien sí tendremos, seguramente, será a Gabriel Rufián. Se trata de un invitado con el que he tenido muchas diferencias públicas, sobre todo en el momento del procès en Cataluña.
Tanto Rufián como yo cumplíamos unas características que eran muy interesantes para el mundo independentista, ambos somos catalanes hijos de inmigrantes. Él se enfocó en que podía ser independentista siendo hijo de inmigrantes, que lo respeto totalmente, y yo demostré ser todo lo contrario. Tuvimos una agria polémica.
Llevábamos unos años en los que la política era prácticamente un reality que acaparaba todo. Hasta llegaste a decir que la gente estaba harta de ellos. ¿Qué implicación social crees que hay ahora respecto a la política? ¿Cómo valoras esa desafección?
España es un país es muy curioso, porque siempre tenemos la sensación de que hay muchísima desafección por la política. Sin embargo, luego llegan las elecciones y los índices de participación son altísimos. Hay un punto de hartazgo en la política, sobre todo en cómo los políticos han decidido participar en dicha vida política, que puede partir más del show que de la eficacia o el mensaje más constructivo.
«Los políticos están más pendientes de cómo van a quedar en el telediario que de las sesiones de control»
Muchos de ellos están más pendientes de quedar bien en los 20 segundos del total de un telediario que de hacer una buena pregunta o respuesta en la sesión de control en el Parlamento. De hecho, en el Congreso, llevan las preguntas y las respuestas escritas. ¿Dónde ha quedado la espontaneidad? ¿Dónde ha ido la oratoria?
Íñigo Errejón ha tenido que declarar ante el juez por su presunta agresión se***l a la actriz Elisa Mouilaá. ¿Le entrevistarías? ¿Te impactó el escándalo?
Sí, claro que le entrevistaría, sin duda. Fui uno de los sorprendidos, y creo que todos nos pasó. Considero que el daño que ha hecho el caso Errejón al sector que está a la izquierda del PSOE es un golpe que creo que se va a notar en las próximas elecciones.
¿Echas de menos un formato como Salvados o te sientes más a gusto estando alejado de la crispación política? ¿Prefieres un programa más de autor, como el que pilotas ahora?
Lo estoy disfrutando mucho más, aunque creo que también tiene que ver la edad con eso. Cuando hice Salvados, me lo pasé muy bien, aprendí muchísimo. Pero la presión que tuve en esa etapa también me pasó factura. Tanto la narcolepsia como la cataplexia no creo que hayan sido algo gratuito. Seguramente vengan por los subidones de estrés, que eran muy habituales en Salvados.
«La presión que tuve en la etapa de ‘Salvados’ me pasó factura. Tanto la narcolepsia como la cataplexia no creo que hayan sido algo gratuito»
Era un programa límite que te hacía estar así durante muchos meses. Al año, hacíamos 20 reportajes, y en la última época llegábamos a 35. Fue un formato que me marcó mi vida profesional, pero también me quitó muchas cosas en el ámbito personal. Ahora, viéndolo con perspectiva, recuerdo cuando me preguntaban en su momento por qué lo dejaba, si me iba muy bien, y me costaba encontrar una respuesta.
¿Y crees que hiciste bien?
Sí, pienso que tomé la decisión correcta. Lo creo así porque Salvados se ha mantenido y ha sobrevivido perfectamente a mí con ese gran profesional que es Gonzo. Es un orgullo enorme para mí, dado que era un programa creado por mí mismo y con mi personalidad. Que otro rostro haya mantenido la marca es un ejemplo de éxito, por parte tanto de Producciones del Barrio como de laSexta y Atresmedia.
Aquí [en Lo de Évole] me he encontrado conmigo mismo. Hay un momento personal y profesional que me cambió mucho: la entrevista a Pau Donés. Pensé que debía hacer un periodismo con entrevistas más humanas. No deja de ser algo profesional. Quien espere de mí que siga metiendo caña o que entreviste a Ayuso con cara de perro, se equivoca.
Ahora, no haría una entrevista a cara de perro a nadie. Ni con Díaz Ayuso ni con Moreno Bonilla ni con Pedro Sánchez ni con Gabriel Rufián. Para mí, lo importante en una entrevista es el factor humano, donde hace diez años no hubiera brillado tanto.
«Quien espere de mí que siga metiendo caña o que entreviste a Ayuso con cara de perro, se equivoca»
El expresidente de Uruguay, José Mujica, te conceció posiblemente su última entrevista tras anunciar que su cáncer se ha extendido. ¿Cómo viviste ese momento?
He tenido mucha suerte de conocer de intimar con un personajazo como él. Es todo un referente, una especie de papa laico. Detrás de Mujica hay mucha filosofía y reflexión. Es una persona que ha estado encerrada muchos años. No fue en esta entrevista, sino en otra, pero nos contaba que llegó a hablar con las hormigas que había en su celda.
Este señor ha vivido algo que muy poca gente ha experimentado, que es el aislamiento absoluto de la sociedad, la separación forzada de su esposa y sus seres queridos. Estuvo encerrado en un lugar frío y oscuro durante 12 años. Me llega a pasar algo así a mí y me vuelvo loco o me hubiera pegado un tiro. Sin embargo, este señor decidió leer y cultivarse. Por eso ahora, ante cualquier tema o situación, él es capaz de dar una respuesta que te deja del revés.
Ahora has dado el salto como productor. ¿Qué valoración haces de los primeros programas de Al cielo con ella, con Henar Álvarez en RTVE Play?
Estoy muy feliz con que seamos los productores del primer programa que hace Henar en televisión y que la televisión pública haya apostado por ello. Creo que representa algo que no existía y es un formato exclusivamente enfocado principalmente para mujeres sin que los hombres tengamos por qué verlo, aunque yo lo veo y me lo paso muy bien.
¿Crees que podría dar el salto a alguna cadena nacional?
Ojalá. Pero yo no tendría prisa. Le diría Henar que vaya poco a poco. Creo que es bueno dejar que un programa vaya rodando y tenga su evolución. Mirad lo que sucedió con Marc Giró, comenzó en RTVE Play, luego saltó a TVE Cataluña, luego pasó a la televisión nacional con La 2 y ahora ha saltado al prime time de La 1.
Entre pitos y flautas, Late Xou lleva ya tres temporadas y es un formato bien ensamblado, porque ha tenido tiempo para evolucionar. Lo mismo ha pasado con David Broncano, que La Revuelta es un derivado de sus muchos años con La Resistencia en Movistar Plus+. Ojalá le suceda algo así a Henar Álvarez con Al cielo con ellas.
A pesar de los años y la fidelidad que te tiene el público, ¿cuánto te pesan actualmente los índices de audiencia? ¿Añoras esos años de cuatro millones de espectadores?
Evidentemente que estoy pendiente de la audiencia. O sea, un lunes por la mañana, si me levanto antes de las ocho de la mañana, tengo esa inquietud de la última hora, de ver qué ha pasado. Las audiencias, para nosotros, es un examen semanal. En nuestro caso, por mucho que nos hayamos esforzado en una entrevista, si ese día a un Madrid-Barça en Movistar Plus+, date por jo***o y esto es así.
Eso sin contar de que te pueden sorprender, como que funcione una película de La 1 o de Cuatro o que el episodio de la serie turca de Antena 3 arrase. La audiencia es un territorio complicado. Los programadores calculan las pausas de publicidad, ver cómo se puede jugar con ellas, evitar la fuga de espectadores.
Lo que pasa es que hay competencia que juega con ventaja, porque no tiene publicidad.
Bueno, tienen el telecupón, del que han sacado hasta bromas en La Revuelta. Y luego está la fragmentación en televisión. Cada vez hay más canales, sin contar con que mucha gente consume productos en plataformas, en YouTube o en TikTok. Hay que ser conscientes que, muy probablemente, no volvamos a tener los grandes índices de audiencia de antaño. Solamente son los eventos los que lo logran, como un Madrid-Barça o los Juegos Olímpicos. Pero generar esa expectación con una entrevista no es tan fácil.
“Me encantaría entrevistar a Belén Esteban. Y tengo la sensación de que ella también querría”
Sin embargo, tenemos audiencia y es fiel. Sigue habiendo mucha gente que tiene una cita con nosotros en domingo. Nos hemos encontrado con gente de veintipocos años que nos confiesan que nos ven porque era un hábito que habían adquirido por sus padres. Es muy bonito haber traspasado generaciones y que ahora sean esos jóvenes quienes expliquen a sus padres quiénes son Morat o Ibai Llanos.
Entre los personajes que no pertenecen a la política, hay algunos que podrían ser muy interesantes como Belén Esteban. ¿La ves en Lo de Évole?
Por supuesto, claro que me gustaría entrevistarla. Y tengo la sensación de que ella también querría.