No hace tantos años coincidir con una mujer sobre la bici en una carretera o camino era tan difícil como encontrar una aguja en un pajar. Buena parte de las casas comerciales ignoraban a una clientela que si entraba en una tienda era para efectuar un regalo a la pareja o a un amigo. Resultaba complicado comprar una bicicleta con la talla idónea y la ropa ni estaba ni se le esperaba.
Hoy, por fortuna, la situación ha cambiado, pero falta mucho por hacer o pedalear, utilizando un término propio de este deporte, lo que tampoco resulta extraño si se compara a otras disciplinas deportivas, ya sea buscando una vida saludable o apuntándose a eventos competitivos. Ya hay bicis de tallas apropiadas, sillines de todos los precios ajustables a la fisonomía femenina, ropa con tallaje pensado para mujeres y los organizadores de pruebas deportivas se vuelcan a la hora de mejorar las cifras de participación entre el público femenino.
Las empresas del sector consultadas por este diario cifran en alrededor del 20% los beneficios que ya les genera la clientela femenina, a la hora de comprar bicicletas, ropa y accesorios. En este contexto se expresan responsables de la red de tiendas Scapa, el fabricante de ropa Gobik o la firma de bicicletas Orbea. Asimismo, organizadores de carreras como la Titan Desert trabajan para que en 2025 se alcance la cifra de 100 mujeres entre los 500 inscritos a la prueba de resistencia marroquí creada en 2006 por Juan Porcar.
Muchos aficionados que se desplazan al Tour o la Vuelta para seguir las etapas de montaña suelen realizar previamente los ascensos con sus bicicletas. Si hasta inicio de esta década era casi imposible divisar una mujer entre estos cicloturistas ahora ya se cuentan por decenas, hasta el punto de que, en 2023, en la subida al Tourmalet de la ronda femenina, fueron los hombres los que acompañaron a las corredoras aficionadas que no quisieron perderse la victoria de Demi Vollering desde la cuneta de la más famosa montaña ciclista.
“La entrada del gravel ha sido clave para animar a las mujeres en la práctica del ciclismo al descubrir una bicicleta polivalente, que crea tendencia entre ellas, que fomenta el contacto a través de las redes sociales al establecerse grupos y fomentar rutas y retos”, cuenta Julio Mesanza, coordinador de marketing de Scapa.
Las bicis de gravel, la última moda, son similares a las de carretera, aunque con ruedas de tacos adaptadas para los caminos. “Hemos notado un descenso en las ventas de bicis de montaña (las conocidas como bicicletas de ‘mountain bike’) ante la moda del gravel y el mantenimiento del comercio y aumento de las de carretera”, añade Mesanza.
El retrato de la nueva mujer ciclista se dibuja como la de una persona que se desplaza a un comercio de una gran superficie a adquirir una bicicleta sencilla con la que comienza a pedalear. Al aficionarse se asesora por los especialistas del sector para comprar una máquina con mejores prestaciones. Sucede igual con la ropa, el calzado y accesorios como casco, gafas y guantes. “De hecho -advierte Jokin Díez, director de comunicación de Orbea- no disponemos de un porcentaje específico, pero las ventas de bicis a mujeres van a un ritmo ascendente. Nosotros solemos decir que hacemos bicicletas para humanos, sin distinción de sexo, porque el diseño es universal y luego la adaptamos a la morfología de cada persona. Llevamos desde los años 70 colaborando y ayudando a equipos femeninos”, indica, a la vez que reivindica que en el caso de su empresa no es una moda.
“El tráfico de ventas por internet es monumental en el apartado femenino. Es superior al 20% pero prefiero rebajar las expectativas porque muchas veces se trata también de obsequios que se realizan y es imposible cifrar exactamente si la compra es para ella o se trata de un regalo, sobre todo en los accesorios”, puntualiza Antonio Cabello, propietario de Ciclos Cabello, uno de los líderes en ventas online de material ciclista.
Aumento de ventas
Gobik es una de las empresas punteras en la fabricación de ropa ciclista. Ubicada en Yecla (Murcia) viste a equipos como Movistar o Ineos y patrocina el vestuario en carreras como la Volta. Recalcan el aumento de venta entre mujeres, aunque ellos rebajan el tráfico al 12 %. “No porque no generen ventas, sino porque también está aumentando de forma espectacular el comercio entre clientes masculinos”, cuenta Ángel Lencina, responsable de producto de la empresa murciana. “Hace 10 años no había ni ‘maillots’ ni ‘coulotes’ específicos para mujer. No se trata de fabricar prendas con un colorido especial, ni mucho menos es la idea, sino en adaptar el vestuario para la fisonomía más común de la mujer sobre todo en medidas en cuanto a hombros, pecho y caderas, y en reforzar tallas tipo XS que difícilmente comprará un cliente masculino”, añade Inma Hernández, como portavoz de Gobik.
Strava es la principal plataforma donde deportistas de todo el mundo se comunican entre sí -incluyendo a profesionales-, muestran los recorridos realizados, tanto en bici como a pie, y los registros conseguidos. Según datos de la empresa, en 2024, el crecimiento de mujeres ciclistas en España fue del 19%, superior al 11% a nivel mundial.La Quebrantahuesos es la marcha cicloturista que reúne en España a unos 10.000 participantes. Admiten desde la dirección de la prueba que el impulso a la competición femenina sigue siendo una de las asignaturas pendientes. En 1991 se celebró la primera edición. De 361 inscritos sólo hubo una mujer. El año pasado hubo 322 corredoras, pero únicamente representaron el 3,54% del total.
Las cifras sobresalen más en el circuito de carreras bajo la denominación Mussara. En 10 años, un total de 12.000 participantes de 80.000 han sido mujeres, mientras que en la Orbea Monegros acuden unas mil mujeres entre los 8.000 concurrentes a la marcha aragonesa. En cuanto a licencias de la Federación Española, el 10% de las 69.895 que hay corresponden a mujeres. Hay que mejorar, pedalear más, pero la mujer ya está integrada plenamente en todos los ambientes ciclistas.