El mercado hipotecario se ha transformado en la última década. El 65% de las hipotecas que se contratan son a tipo fijo, un porcentaje que entidades como Caixabank elevan al 94%, cuando en 2015 la cartera a tipo variable era prácticamente total. «Cuando el euríbor está en crecimiento, la gente opta por la seguridad que ofrece el tipo fijo, que permite conocer siempre la cuota mensual. En 2023 incluso se prefería un tipo fijo alto frente al variable», indica la portavoz Consejo General del Notariado, María Teresa Barea. Ahora, en un escenario de caída progresiva de los tipos de interés, ¿puede cambiar la elección de los compradores entre una hipoteca a tipo fijo o variable?

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