La reivindicación del mundo rural. Con esta premisa, Pelayo Suárez ha estrenado este sábado por la mañana su exposición “Manos que hablan” que se podrá visitar en la Fundación Alvargonzález de Gijón hasta el 31 de enero. Una serie de cuadros en la que ha mezclado diferentes estilos de pintura y de punto de vista, pero que cuenta con un hilo conector: los animales rumiantes y de granja.
Suárez reconoce que ha sido su obsesión durante los últimos tiempos. «El enfoque está centrado en el mundo rural, animales de granja. Trato de hacerlos de diferentes formas: enteros, con paisaje de fondo o simplemente las cabezas de los animales», explica sobre los motivos que le han llevado a hacer esta serie de obras.
«Cada animal tiene algo que me llama la atención y los cuernos me gustan mucho. Suelo hacer más bien animales rumiantes que son lo que más me atraen. Antes que hacer un loro prefiero hacer una cabra«, confiesa el artista que se ha centrado en la pintura acrílica, como técnica escogida para la mayoría de obras, pero no se ha cerrado a explorar otras modalidades. «También tengo una muestra en acuarela y ya, por complementar, hay otra de lápices de colores».
La búsqueda de lo rural en su inspiración también es una puerta abierta a que los visitantes sientan esa llamada del campo. «Espero que les llegue al corazón, al igual que a mí me llena de nostalgia, el mundo rural que está en declive. Que les aporte algo, que si van por los praos y ven a algún animal, que se intenten acerca a tocarlos, sacar una foto o tengan esa simpatía, como la puedo tener yo, a la hora de pintarlos. Es una llamada a explorar el mundo rural«, resume Suárez.
La exposición estará disponible hasta el día 31 de enero en la sala de arte de la Fundación Alvargonzález, ubicada en la calle Óscar Olavarría número 11, en Cimadevilla. Abre de lunes a viernes de 12.00 a 13.30 horas y de 18.00 a 20.30 horas y los sábados de 12.00 a 13.30 horas.