El Partido Popular Europeo ha asumido por completo el ‘modelo Meloni‘ para gestionar la migración, con centro de extranjeros en países fuera de la Unión Europea. Los líderes del PPE, reunidos en Berlín, han aprobado un documento con sus prioridades de cara al 2025 en el que recoge el objetivo de «asegurar un punto de inflexión en la reducción de la migración irregular». Entre las medidas que comparten está «acelerar los procesos de retorno» y para ello «la creación de centros de retorno fuera de la Unión Europea». Un sistema que la presidenta Giorgia Meloni puso en marcha en noviembre, deportando migrantes a Albania, y que fue paralizado por la justicia.
El documento, de cinco páginas, resume en tres las prioridades del PPE: «Impulsar la competitividad, luchar contra la migración ilegal y promover la seguridad». Sobre el segundo de estos asuntos, el texto recoge que el objetivo debe ser «eliminar el modelo de crimen organizado de las redes de tráfico», para lo que propone varias medidas. La primera es revisar «la desfasada directiva de retorno«, para reemplazarla por un nuevo reglamento y respaldar la creación de centros de retorno fuera de la UE.
Además, el PPE se compromete a revisar el concepto de «tercer país seguro» para que «solo las preocupaciones de seguridad sean relevantes, y no los deseos individuales de permanecer más tiempo en la UE». Justo este asunto, si Albania es considera como pais seguro, es lo que llevó a la Justicia italiana a frenar los planes de Meloni y a obligar al regreso de los migrantes enviados a un centro de este país.
El resto de medidas que contempla el PPE pasa por reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito de migrantes. En este sentido, reivindican el éxito de los acuerdos con Tunes, Líbano o Turquía. En este punto, ponen el acento en que la «ruta de África Occidental hacia las Islas Canarias es la de más rápido crecimiento, con cifras récord de llegadas», para lo que plantean «un nuevo acuerdo de asociación con los países mediterráneos». Por otro lado, proponen triplicar el número de funcionario de la agencia Frontex y dotarlos de mejores equipos para «garantizar fronteras externas seguras para la UE» y hacer acuerdos con Mauritania o Senegal para el despliegue permanente de Frontex en estos territorios.