Desde los tejidos que vestimos a los que cubren nuestros muebles y ventanas o los geotextiles que dan estabilidad a una carretera, todos son esenciales para nuestra comodidad y estilo de vida. Sin embargo, su fabricación implica frecuentemente el uso de químicos que pueden tener efectos nocivos, tanto para la salud humana como para la naturaleza. Su impacto es alarmante, considerando su amplio uso y el contacto constante con la piel, lo que resalta la urgencia de regular y minimizar su uso.

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