«Un sector de la Iglesia quiere volver a meter a los católicos homosexuales en el armario«. David Armenteros, vicepresidente de la Federación Estatal LGTBI (Felgtbi) reclama que las terapias de conversión sexual que ahora mismo se están iinvestigandoen 7 diócesis españolas se conviertan en un delito penal, y no solo conlleven sanciones económicas.

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