SpaceX enfrenta un contratiempo en su programa de desarrollo de cohetes tras el fallo de un prototipo de Starship minutos después de su lanzamiento desde Texas. La misión, que buscaba demostrar un despliegue clave de satélites, sufrió la pérdida del vehículo en pleno vuelo.
El prototipo, una versión significativamente mejorada con 37 pisos de altura, despegó a las 5:38 p. m., hora del este, desde Boca Chica, Texas. Esta séptima misión de prueba marcaba el primer lanzamiento de este tipo en lo que va del año.
Según Dan Huot, gerente de comunicaciones de SpaceX, el contacto con Starship se interrumpió ocho minutos después de su separación del módulo de refuerzo Super Heavy. En una transmisión en vivo, Huot confirmó que la pérdida de comunicaciones indicó una anomalía en la etapa superior, concluyendo poco después que el vehículo se había perdido por completo.
La etapa superior de esta versión de Starship, que supera en dos metros a modelos previos, había sido descrita por la compañía como una “nave de nueva generación” con notables mejoras. Según los planes iniciales, debía amerizar de manera controlada en el océano Índico una hora después del lanzamiento.
No se había registrado un fallo en la segunda etapa del Starship desde la prueba de marzo del año pasado, cuando el cohete se desintegró al reingresar a la atmósfera terrestre. Este nuevo incidente añade presión a los esfuerzos de desarrollo de la compañía.
Por otro lado, el gigantesco módulo Super Heavy cumplió con éxito su objetivo de regresar a la plataforma de lanzamiento. Tras el despegue, el cohete desaceleró utilizando sus motores Raptor y aterrizó en brazos mecánicos gigantes acoplados a una torre de lanzamiento, siete minutos después de abandonar la Tierra.
Este aterrizaje marca el segundo éxito consecutivo de SpaceX en tres intentos, destacando avances significativos en el diseño y operación de la etapa de refuerzo, a pesar del fallo de la etapa superior.