El Real Madrid está en cuartos de final de la Copa del Rey. La mejor de las noticias para los blancos cuatro días después de la Supercopa de España y por lo que pudo ser la noche. Un salvavidas para Carlo Ancelotti. El Celta remontó una desventaja de dos goles y mandó el partido a la prórroga, donde el joven Endrick evitó otro desastre en el minuto 108. Valverde castigó desde la frontal poco después y un taconazo del chaval brasileño cerró el marcador. [Narración y estadísticas: Real Madrid 5-2 Celta de Vigo]

A un Madrid en shock le costó entrar en el partido. Fue Mbappé, que continúa en estado de gracia, el que hizo despertar al equipo y a un Santiago Bernabéu que pitó a algunos de sus jugadores, especialmente a Tchouaméni. Gracias al delantero francés, los blancos se crecieron y Vinicius metió el segundo gol que parecía dar la tranquilidad en el partido. A Arda Güler le anularon el tercero por fuera de juego y llegó la locura.

Dos goles del Celta, uno de Bamba tras un grave error de Camavinga y otro de Marcos Alonso de penalti, sacudieron el marcador en los diez minutos finales y pusieron a temblar las placas de acero del nuevo Bernabéu. Los celestes acabaron muriendo en la orilla, abatidos por las bolas de cañón salidas de las botas de Endrick y Fede Valverde en el tiempo adicional.


Vinicius deja salir su rabia durante el Real Madrid – Celta de Copa del Rey

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Hubo revolución en el once del Real Madrid con seis cambios respecto a la Supercopa. Ancelotti reservó a BellinghamRodrygo, Valverde y Camavinga. También a Mendy, uno de los señalados. A Courtois le dejó fuera del partido porque la Copa, por el momento, es de Lunin. Asencio fue titular y movió a Tchouaméni al pivote. El francés recibió durante el anuncio de las alineaciones una sonora pitada, de la que tampoco se libró Carletto.

El partido arrancó algo enrarecido para el Madrid, desacostumbrado en los últimos tiempos a recibir pitos en su casa y más si es cada vez que un jugador concreto del equipo —Tchouaméni, que pagó el pato— toca el balón. A lo suyo, el sueco Starfelt rascó el larguero de la portería de Lunin con un remate de cabeza en el minuto seis. El ingrediente idóneo para incrementar el nerviosismo.

Se fue templando el equipo blanco con el paso del tiempo, volcado en el área del Celta, pero sin ocasiones claras. Paradójicamente, la más peligrosa fue un potente chut lejano de Tchouaméni que Iván Villar mandó a córner. Esta acción del francés sí fue aplaudida, aunque no le libró de forma definitiva de los silbidos. Sobre todo porque la gente estaba aburrida.

La circulación del Real Madrid fue durante toda la primera parte previsible. Más horizontal que vertical. Sin pases filtrados que llegaran a Vinicius y a Mbappé. Tampoco estaba inspirado Brahim, aunque se topó con el pie de Villar en una buena ocasión. Hacía falta dar más o esperar uno de esos intangibles que definen partidos. ¿Y qué ocurrió?

Mbappé sacudió el shock

En la misma jugada en la que el Celta reclamó penalti por una caída de Swedberg en una estirada de Lunin, que siguió a una grave pérdida de Vinicius en la salida de balón, llegó el milagro madridista. De una individualidad, cómo no. De Kylian Mbappé, quién sino. El francés cabalgó desde su campo, condujo con fluidez, se plantó en el área rival y definió tras un recorte. Sigue la buena racha del ‘9’ del Madrid. El VAR, por cierto, no llamó a revisar a Munuera Montero cuando pudo haber pena máxima antes del gol.

Remate de Kylian Mbappé en su gol contra el Celta de Vigo


Remate de Kylian Mbappé en su gol contra el Celta de Vigo

EFE

Se sacudió el shock el Madrid y se acabó la primera mitad. Lo mejor, además de lo obvio —es decir, Mbappé—, fue Asencio. El chaval, con un 100% de duelos ganados en los 45 minutos iniciales, fue el más ovacionado y sigue ganándose más minutos —aunque más tarde haría el penalti del 2-2—. Y Tchouaméni, de pivote, mucho mejor que de central. Ancelotti, a buen seguro, tomaría nota para el futuro.

El Madrid despertó y con él Vinicius, que marcó casi nada más arrancar la segunda parte. Mbappé se la puso al hueco a Brahim, que condujo y vio al brasileño, y Vini anotó de un toque. 2-0 para poner tierra de por medio y buscar un resultado más abultado para terminar de curar las heridas.

En dos minutos, del 55 al 57, casi metió dos goles más el Madrid. Primero Mbappé, de un cabezazo en el área pequeña tras centro de Brahim que se le fue alto. Luego Vinicius, al que Villar sacó una picadita para enmendar un fallo previo con la pelota. Entremedias, además, Tchouaméni salvó desde el suelo lo que era una clara ocasión de gol celeste dentro de la zona de Lunin.

Los tres de arriba del Madrid siguieron acosando la portería del Celta. Los de Giráldez también lo intentaron en jugadas aisladas, como el disparo lejano de Hugo Sotelo que desplegó el espectacular vuelo de Lunin. En el minuto 70, Ancelotti comenzó a mover el banquillo introduciendo a Camavinga y Arda Güler por Ceballos y Brahim.

Llegó a celebrar el Bernabéu el tercero, pero fue anulado por fuera de juego. Mbappé volvió a sacarse de la chistera un gran pase al hueco, esta vez para Vinicius, que estaba adelantado por milímetros. Se quedó sin gol el turco Güler, tras rematar a portería vacía luego de una asistencia de Vini con la puntera.

Éxtasis celeste, drama merengue

Se fueron Modric y Mbappé y entraron Valverde y Endrick al campo antes de pasar a los diez minutos finales del partido. Todo el pescado parecía vendido, pero sin el 3-0 todavía había un hilo de esperanza para el Celta. Que más que un hilo pasó a ser una cuerda a la que aferrarse tras un regalo de Camavinga. El francés erró en un pase atrás, de los que jamás se pueden hacer, y marcó Bamba en el 83′.

Se abría un partido totalmente nuevo para los minutos finales. Con nervios —y de nuevo algunos pitos— en el lado local y fe en el visitante. La tensión se palpaba en cada jugada con el 2-1 y la pesadilla del Madrid terminó por cumplirse. En una jugada pésimamente defendida por el equipo merengue, Asencio derribó a Bamba dentro del área y Munuera Montero señaló penalti. Marcos Alonso disparó, Lunin se tiró al lado contrario y el banquillo vigués estalló de euforia con el gol.

Marcos Alonso anota el 2-2 de penalti en el Real Madrid - Celta


Marcos Alonso anota el 2-2 de penalti en el Real Madrid – Celta

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Tras seis minutos de descuento, y la entrada de Bellingham como último cambio del Madrid en los 90 minutos reglamentarios, el colegiado mandó el partido a la prórroga. Vida o muerte en la media hora adicional que se iba a jugar. Para el Madrid, claro. El Celta, tras verse 2-0 abajo, podía soñar con consumar una remontada histórica en el Bernabéu. 

Sin ocasiones para el Madrid y con tres amarillas para el Celta —a Villar, Starfelt y Marcos Alonso— la primera parte de la prórroga pasó sin pena ni gloria. Solo una posible mano en el área blanca, que se vio en el VAR que no era, fue lo único a destacar. Ancelotti quitó a Vinicius en el cambio de parte y metió a su compatriota Rodrygo, agotando así la última bala que le quedaba.

Endrick evita otro desastre

Pero fue otro brasileño, Endrick, el más joven de todos y el que menos juega, el que apareció para desatascar al Madrid y lograr algo mucho mayor, sostener a Ancelotti en el cargo de entrenador. Un cañonazo salido de sus botas mandó el balón al fondo de las mallas. Ahora el éxtasis era merengue, con su chaval celebrando alocadamente sin la camiseta. No era para menos.

No cometió el Madrid el mismo error de los 90 minutos y, con un Celta que se veía morir en la orilla, sentenció. Aunque de qué manera. Valverde, el bombardero habitual del equipo, recogió el reto de su compañero Endrick y se sacó un zapatazo todavía más fuerte, desde aún más lejos, para volver a batir a Villar. El jovencito brasileño, como homenaje final, marcó de tacón el quinto gol madridista antes de entrar al descuento.

Ahora sí, a base de bolas de cañón, el Real Madrid pasaba de ronda en la Copa del Rey y acompañará a Osasuna, Real Sociedad, Atlético, Barça, Getafe, Leganés y Valencia en el sorteo de cuartos de final. Ancelotti respira.

Endrick y Rodrygo celebran con Fede Valverde su gol contra el Celta de Vigo


Endrick y Rodrygo celebran con Fede Valverde su gol contra el Celta de Vigo

Reuters

Real Madrid 5-2 Celta de Vigo

Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez, Asencio, Rüdiger, Fran García (Bellingham, m.92); Tchouaméni, Ceballos (Camavinga, m.70), Modric (Fede Valverde, m.79); Brahim (Güler, m.70), Vinícius (Rodrygo, m.106) y Mbappé (Endrick, m.79).

Celta: Iván Villar; Javi Rodríguez (Manquillo, m.95), Starfelt, Marcos Alonso, Carreira (Cervi, m.76); Mingueza, Ilaix Moriba, Fran Beltrán (Pablo Durán, m.57), Hugo Álvarez (Bamba, m.67); Williot Swedberg (Hugo Sotelo, m.57) y Borja Iglesias (Fer López, m.76).

Goles: 1-0, m.37: Mbappé. 2-0, m.48: Vinícius. 2-1, m.83: Bamba. 2-2, m.91: Marcos Alonso, de penalti. 3-2, m.108: Endrick. 4-2, m.112: Valverde. 5-2, m.119: Endrick.

Árbitro: José Luis Munuera Montero (Comité Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Asencio (91) y a Endrick (108) por el Real Madrid; y a Villar (96), Starfelt (101), Marcos Alonso (102) y Borja Iglesias (112) por el Celta.

Incidencias: encuentro de octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 64.764 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Juan Manuel Villa, exjugador del Real Madrid.

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