Su «elefante del desierto» es color rosa. Durante las dos últimas semanas la mole, un Mercedes-Benz 1844, se ha deslizado por las dunas y los ríos secos de Arabia Saudí con una soltura portentosa. Ha superado los obstáculos con la misma habilidad con la que su conductor suma décadas de vitalidad contagiosa. 75 años, para ser exactos. “Es que este camión es la bomba”, avisa Rafa Lesmes, el español que este viernes ha cruzado la meta del rally Dakar, una de las pruebas más exigentes del mundo, como campeón de la categoría de camiones.
“El camión es como un potro salvaje que en cada momento quiere ir a su aire y que uno tiene que domarlo, hacerle entender que la línea que hay que seguir es la que uno le marca”, apunta en conversación con El Independiente Lesmes, que con 75 años ha firmado un triunfo prodigioso. Su equipo, “Dakar por la vida”, ha concluido noveno en la categoría classic, liderando desde principio a fin la modalidad de camiones. “Pasar las dunas con un camión es de las cosas más estresantes y bonitas que he hecho. Ya lo había hecho antes en moto, coche y buggie, pero el camión me exige cada día el máximo. Hemos estado peleando con los mejores del Dakar que van en coches y pesan 8.000 kilos menos que el mío”.
Del aloe vera canario a las dunas saudíes
Lesmes, dueño de una empresa de plantaciones ecológicas de aloe vera en Canarias, dice estar “encantado de la vida”. “Eso sí. El camión es un machacador de personas”. Su historia con el Mercedes-Benz 1844 con el que ha recorrido desde principios de enero la geografía árida de Arabia Saudí es digna de película. Hace dos años ni siquiera tenía permiso para conducir camiones. “Esto es muy cachondo. Estaba un día en Burgos con Susana y Alberto, que son los propietarios de este equipazo que es TH-Trucks. Y vi que tenían un camión. Les dije que me hacía ilusión correr camiones. ‘¿Pero tú tienes carnet de camiones?’, me preguntó Alberto. Le dije que no pero que no sería tan difícil de conseguir. ‘Estás loco. ¿Cómo te vas a meter sin experiencia con un camión en el Dakar?’, me respondió”.
Aquel flechazo no tuvo marcha atrás. “Me puso como condición que le acompaña al rally de marruecos. Fui de navegante para ver cómo conducía el camión. Le dije que me gustaba cómo lo llevaba y que entendía las inercias. No se puede ir muy rápido porque no puedes improvisar; tienes que frenar siempre mentalmente antes de lo que uno lo hace en un coche”, desliza Lesmes. Dos años después de aquella primera experiencia, el empresario canario reina en la modalidad de camiones. Un “Veni, vidi, vici” en toda regla.
Supongo que alguno aquí en el Dakar habrá pensado que hace un viejo aquí. Me da igual
Una gesta que Lesmes asume con naturalidad, quitándole cualquier amigo de épica. “Lo de sacarse el carnet con 73 no lo considero un reto”, replica. “Supongo que alguno aquí en el Dakar habrá pensado que hace un viejo aquí. Me da igual. Bastante tengo yo con lo mío para pensar y preocuparme de lo que piensan los demás. En mi equipo lo que veo es respeto, mucho respeto y si me permites y lo digo con toda la humildad del mundo, mucha admiración también”, apunta.
Lesmes tampoco busca dar lecciones ni dárselas de nada. “Uno siempre tiene que mantener la pasión y la emoción en lo que hace. Si yo dejara de emocionarme y de apasionarme por esto que estoy haciendo ahora, pues lo dejaría y buscaría otra cosa que me apasionara y me emocionara. No lo veo como un desafío sino como una parte de mi vida que va fluyendo”, admite.
Sin planes de retirada
Colgar las botas tampoco figura entre sus planes. “Al final todo cansa y yo ya no tengo ni 30 ni 40, ni 50, ni siquiera 60, pero no me lo planteo tampoco como algo a lo que tenga que ponerle fecha. Yo estoy hoy aquí y es lo único que digamos a lo que le dedico mi vida. Cuando termino una etapa, solo me preocupo por la del día siguiente. Si no, el Dakar se me hubiera hecho muy largo. Así llevo también mi vida. La felicidad está en el camino. No existe la meta sino una parada más”.
Quiero visibilizar el cáncer de mama en hombres en España, que es un gran desconocido
A lo largo de doce etapas, Lesmes reconoce haberse metido en el cuerpo doce horas de conducción y cientos kilómetros diarios entre dunas y obstáculos. Escenas de naturaleza que su retina se lleva como el verdadero trofeo. “Nunca aconsejo nada a nadie. Puedo transmitir mis reflexiones para que alguien las escuche, las medite y si ve algo positivo, coja lo que quiera y deje el resto. En realidad no hago esto para que nadie me diga: qué fuerte el viejo. Lo hago porque me apetece, porque me gusta. Me he levantado todas las mañanas con una ilusión por sacar esto adelante, pero lo mismo lo hago también en mi vida personal y en mi vida empresarial. Yo creo que las personas todos los días debemos preguntarnos tres cosas. La primera es dónde estoy y dónde quiero estar; la segunda con quién estoy; y la tercera qué hago y qué quiero hacer. Yo esas tres preguntas me las hago cada mañana y no me engaño. Por eso es irrelevante la edad que tengo o cualquier otra variable”.
Su travesía por el Dakar no la ha movido sólo la pasión por esas tres preguntas. También una buena causa: sensibilizar sobre el cáncer de mama, tanto en mujeres como en hombres. “Quiero visibilizar el cáncer de mama en hombres en España, que es un gran desconocido. Llevamos el punto azul en el camión, que representa al 2% de los hombres que lo padecen dentro del 98% del color rosa. Ojalá todo esto sirva para que salvemos vidas. Hay que incidir en la detección precoz. Ante cualquier pequeño bulto, seas hombre o sea mujer, acude a tu hospital o acude a tu centro de salud. Esa detección precoz te puede salvar la vida y te puede salvar terribles y tristes dramas familiares. Este es mi mensaje”, concluye. El del campeón español que se alzó con la victoria en la modalidad de camiones.