El joven Jaume Coll, de 16 años, ha conseguido subir a lo alto del Pi de Sant Antoni en la Plaça Vella de Pollença cuando no había pasado ni media hora desde que empezó la competencia para subir. Sobre las 21,30 horas, el pino se había plantado y fijado con falcas. Los nervios estaban a flor de piel alrededor del tronco. Cuando el semáforo se ha puesto en verde, un sistema de seguridad estrenado el pasado año, ha empezado la guerra y las estrategias. Los primeros intentos no suelen tener éxito porque el pino todavía está muy enjabonado, pero a los cinco minutos varios jóvenes ya habían llegado a la primera cuerda y a los diez algunos alcanzaron la segunda. Poco después, el joven Jaume Coll ha llegado al ‘ternal’. Lo más difícil estaba hecho, ya que entre este punto y la corona del árbol ya no hay jabón, pero sí mucho cansancio. Tras reponer fuerzas un instante, ha culminado la hazaña. El ‘paperí’ ha volado sobre la Plaça Vella. La fiesta se ha desarrollado sin incidentes.
El Pi de Sant Antoni es levantado en la Plaça Vella. / Tomás Moyà/ Europa Press
Antes de que la fiesta culminase con la subida del Pi de Sant Antoni en la Plaça Vella, cientos de personas se han desplazado, con paraguas y chubasqueros, hasta la finca de Ternelles para ir a buscar el árbol de 20,5 metros que había sido talado el pasado día 9. Ni la lluvia ni el viento han sido impedimento para celebrar la fiesta de invierno más esperada por los ‘pollencins’. Se han reproducido las imágenes clásicas de Ternelles, con una multitud comiendo ‘arengades’ y embutidos mallorquines, todo regado con un buen vino y el inevitable ‘mesclat’. ‘No en volem cap, que no sigui dels nostros, no en volem cap, que no vagi ben gat’, cantaban los jóvenes al ritmo de las ‘xeremies’. Quedaba toda la fiesta por delante.
Una vez llegada la comitiva al núcleo urbano de Pollença, el pino, ya con el tronco totalmente lleno de pintadas, ha completado un itinerario diferente al de los últimos años para no toparse con las obras de reforma que se ejecutan en el antiguo cine Capitol. El carro con el Pi no ha pasado en esta ocasión por la Plaça Major y, eso sí, ha entrado a la Plaça Vella por la calle Antoni Maura, como es habitual. Decenas de personas han ayudado a empujar el pesado tronco por las estrechas calles del centro histórico de Pollença, donde se había concentrado una gran cantidad de gente para ver el paso del Pi.

El joven Jaume Coll tira el ‘paperí’ sobre la Plaça Vella. / Tomás Moyà/ Europa Press
Todavía más gente esperaba en la Plaça Vella, donde a las 20 horas, cuando aproximadamente ha empezado a asomar el pino, no cabía ni un alfiler, lo que ha dificultado todavía más una maniobra ya de por sí complicada. Media hora después, el árbol había entrado totalmente a la plaza, pero faltaba untarlo con material deslizante, plantarlo y levantarlo a la fuerza con el uso de poleas desde la pequeña ventana de la fachada lateral de la iglesia de la Mare de Déu dels Àngels.
A primera hora de la tarde se ha celebrado la subida del pino del Moll, culminado por el joven Christian Agu. Debido al mal tiempo y al temporal marítimo, el árbol talado en Formentor el pasado 7 de enero ha llegado por carretera y no en barca, como es habitual.