La aparición de la lluvia no ha parado a los niños y niñas que con una ilusión tremenda, entre cohetes que anunciaban la salida, han ido esta mañana del jueves, víspera de Sant Antoni, hacía la finca de Sa Llebre, para torrar sus 'botifarrons' y longanizas. Este año se ha hecho en un espacio diferente pero cerca que el de años anteriores. Muy animados los pequeños han cantado bajo la lluvia, hasta que la fiesta se ha dado por terminada y han vuelto hacía el pueblo antes de hora. A la llegada, en la Plaza Mayor, las autoridades han hecho llover caramelos para ellos. 

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