Que el café es bueno para la salud es algo que ya apuntan muchos estudios desde hace muchísimo tiempo, pero ahora, directamente, lo que se afirma es que reduce ese riesgo de muerte por cualquier causa, especialmente por problemas cardiovasculares. Pero todo depende de la hora a la que se tome ese café.
¿A qué hora hay que tomarlo?
Aurelio Rojas, cardiólogo, resuelve en ‘TRECE Al Día’ todas las dudas: “¿Sabemos que el café es bueno? Correcto. Pero no solo importa la cantidad o que lo tomes, sino que parece que también importa en nuestra salud cuando estemos tomando el café”. Aurelio se refiere a los resultados que se han publicado recientemente en un estudio de seguimiento de casi 40.000 personas en Estados Unidos, a lo largo de 20 años tomando café. En este estudio se comparaban personas que tomaban café únicamente por la mañana y personas que tomaban café a lo largo de todo el día, y parece que “aquellas personas en las que su hábito de tomar café era únicamente por la mañana, efectivamente, la mortalidad general precoz, es decir, fallecer precozmente por cualquier causa y específicamente por un problema cardiovascular, era significativamente menor”. El cardiólogo explica que “si bebemos café por la mañana es posible que tengamos más esperanza de vida y menos probabilidad de tener un infarto”.
Probablemente, conozcas a alguien con problemas cardiovasculares al que le han recetado no consumir café por ser perjudicial para su salud. Aurelio Rojas aclara por qué se procedía de esa manera: “Uno de los principales componentes que tiene el café es la cafeína. La cafeína es una sustancia estimulante y a todas las personas con problemas de corazón y sobre todo de tensión, se les ha aconsejado que no tomaran café por ese efecto estimulante de la cafeína que podría inducirles taquicardias, palpitaciones o incluso elevación de la presión arterial si el consumo de café era en exceso. Esto hoy en día sabemos que, salvo que consumas una cantidad muy elevada de café, no es así”. Es decir, tomar aproximadamente dos, tres tazas de café al día no va a subir drásticamente nuestra presión arterial y tampoco va a producir una incidencia de arritmias.
La mejor opción para aquellos que no toleran la cafeína
Aun así, puntualiza el experto, los efectos dependerán de cada persona: “Hay personas, sobre todo mujeres, que pueden ser más sensibles a la cafeína. Una de las cosas buenas que sabemos hoy en día también es que estos efectos beneficiosos del café, que vienen sobre todo derivados de los polifenoles, sustancias con un potente efecto antioxidante antiinflamatorio, están también en el café descafeinado. O sea, quiere decir que si eres una persona que eres especialmente sensible a la cafeína, tienes la opción de tomar café descafeinado y vas a obtener los mismos beneficios para tu salud”.
Si bebemos café por la mañana es posible que tengamos más esperanza de vida y menos probabilidad de tener un infarto”.
Cardiólogo
¿Es malo tomar el café en ayunas? El cardiólogo destapa este mito tan común: “A nivel técnico sí que es verdad que tomar café en ayunas pudiera interferir, a veces, con la absorción de ciertos micronutrientes y ciertos alimentos, pero en la práctica real todavía no tenemos suficiente evidencia para poder comprobar que estos cambios de tomar café a estas horas realmente influyen de una manera significativa en nuestra salud. Son cambios mínimos por los que no hay que preocuparse”.
Para finalizar, Aurelio Rojas destaca los beneficios de esta bebida en el desayuno, pero recuerda que los milagros no existen: “Lo importante es que sabemos que si tomamos café por la mañana no vamos a tener ningún problema de salud, que no nos va a afectar al corazón de una manera negativa, no solo eso, sino que probablemente vamos a obtener beneficios y que lo hagamos con tranquilidad y luego, por supuesto, cuidarnos con el resto de nuestra alimentación, que esto no va a ser solo el café. Por mucho que tomemos café, si nos pasamos todo el día sentados, no nos mantenemos activos y nuestra alimentación no es una alimentación variada, saludable, equilibrada, no hay café que nos salve”.