A pesar del anuncio del miércoles sobre un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes, Israel evitó confirmarlo oficialmente el jueves, citando obstáculos en los detalles finales y acusaciones de trabas por parte de Hamás. David Barnea, jefe del Mossad y encargado de las negociaciones, permanecía en Doha, donde se llevan a cabo las conversaciones.
Estados Unidos y Qatar, mediadores del proceso, aseguraron que el pacto pondría fin a 15 meses de conflicto tras el ataque del 7 de octubre de 2023, pero el primer ministro Netanyahu evitó declaraciones hasta que los términos fueran definitivos. Funcionarios israelíes, sin embargo, apuntaban que el acuerdo estaba casi cerrado, aunque las discusiones políticas internas retrasaron las votaciones en el gabinete.
El jueves, la Oficina del primer ministro acusó a Hamás de incumplir acuerdos previos, lo que describieron como una “crisis de último momento”. Según un comunicado, el gabinete no se reunirá hasta que los mediadores confirmen que Hamás ha aceptado todos los términos.
Informes en medios israelíes señalaron que el retraso también buscaba asegurar el respaldo del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien junto a Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, amenazó con abandonar el gobierno si la guerra terminaba. La oficina de Netanyahu añadió que la disputa involucraba la identidad de terroristas palestinos presos a liberar, con Hamás exigiendo decidir sobre estos, en contradicción con lo pactado.
Una copia filtrada del acuerdo, cuya autenticidad confirmó The Times of Israel, establece que las listas de prisioneros serían consensuadas por ambas partes. En respuesta, Izzat el-Risheq, alto terrorista líder de Hamás, reafirmó el compromiso del grupo con el alto el fuego.
Un diplomático negó el jueves que Israel hubiera aceptado retirarse gradualmente del Corredor Filadelfia en Gaza. Afirmó que las tropas israelíes permanecerán durante los 42 días iniciales de la primera etapa del acuerdo, manteniendo su despliegue con modificaciones en la distribución.
El acuerdo detalla que Israel reducirá gradualmente sus fuerzas en el corredor, comenzando la retirada total el día 42 y completándola el día 50, salvo desacuerdos. Durante la fase inicial de seis semanas, 33 rehenes israelíes serían liberados paulatinamente. Además, Israel abandonará áreas densamente pobladas de Gaza y se establecerá en un perímetro de 700 metros a lo largo de la frontera.
El cruce de Rafah se abrirá para evacuar heridos y civiles tras la liberación de todas las rehenes. Una semana después, se permitirá el retorno de civiles al norte de Gaza. Negociaciones adicionales comenzarán el día 16 de esta primera etapa, buscando liberar a 65 rehenes restantes.
El ataque del 7 de octubre de 2023 se saldó con el secuestro de 251 personas. Hasta noviembre de 2023, 105 fueron liberadas durante una tregua temporal, cuatro mediante negociaciones previas y ocho rescatadas. Israel recuperó 40 cadáveres de rehenes y confirmó la muerte de 34 de los 94 cautivos restantes, desconociéndose el destino de otros.