Que Hansi Flick había formado un equipo demoledor cuando todo iba de cara ya lo sabíamos. El Real Madrid en LaLiga o el Bayern en Champions dan fe de ello. Que el técnico alemán mejoraba poco a poco la mentalidad del bloque en circunstancias difíciles también quedó reflejado en Arabia tras remontar y golear, otra vez, al conjunto de Ancelotti. Pero anoche, este Barça 2024-25 aportó más argumentos para confiar en la presente temporada.
Tras la exhibición del Barça frente al Betis, ya se puede asegurar que Hansi Flick no solo ha diseñado un buen equipo, sino que además ahora sí dispone de una plantilla de plenas garantías.
El Barça se abona a los recitales con otra goleada espectacular frente a un Betis que jamás tuvo opción
El coro no desentona La versión coral del Barça superó, y con nota, la visita del Betis en plena resaca deportiva e institucional. Montjuïc, ajeno a todo tipo de polémicas desde el palco, se rindió por completo a un equipo con sensibles rotaciones respecto a la Supercopa. Un examen importante con nombres propios que por unos u otros motivos tenían cuentas pendientes que saldar.
Empecemos por Araujo. Flick, la plantilla y la grada le demostraron al uruguayo que le quieren en ese vestuario. Y el charrúa, tras dar marcha atrás en su decisión de salir, evidenció que sigue siendo un central de garantías. Algo oxidado de inicio, hubo reconciliación por todo lo alto.
Las rotaciones funcionaron a la perfección y Hansi ya puede presumir de fondo de armario
Y poco más o menos lo mismo en el centro del campo. Por fin Casadó tuvo un merecido descanso. Y, por fin, Frenkie de Jong constató que no se le ha olvidado jugar cerrando como pivote. Frente al Betis sí quedó claro que es un efectivo de garantías para ayudar dentro y fuera del equipo.
Lo de Dani Olmo, ya sea jugando por fuera, por dentro, más o menos retrasado, es un escándalo cuando el de Terrassa anda fino a nivel físico. Un comodín estelar.
Montjuïc se olvida de las batallas en el palco y disfruta con la mejor versión de Gavi y el regreso de Araujo
Un rosario de grandes noticias para un Flick que incorpora talento a raudales. Bienvenidas las rotaciones a un equipo que disfruta y hace disfrutar. Jogo bonito y efectividad más que notable para encadenar manitas de esas que infunden respeto.
Flick sonríe y es feliz. Y tiene motivos para ello. Con una plantilla capaz de duplicar posiciones, el equipo crece justo en el momento de apretar por la Copa, encarrilar la Champions y recuperar en LaLiga.