Raphinha / Associated Press

Hay quien contagia para bien. El talento no se calca, pero el espíritu es posible. De todo tiene Raphinha, y bien que echó de menos un “raphinha” el encapotado Real Madrid de la retumbante final de la Supercopa de España. Llegó al Camp Nou de puntillas, pero el de Porto Alegre ya no solo cruje la red (20 tantos) y es un destacado mensajero del gol (11 asistencias). Por su esplendidez de mosquetero, él abandera a los suyos, es su banda sonora, siempre dispuesto a una última y extenuante carrera. El chico no para, dale que dale por todos los sectores.

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