El proyecto de la Factoría Moza, un ambicioso centro de referencia para la juventud en Salgueiriños anunciado por el gobierno bipartito de Santiago, ha reavivado el debate sobre el futuro de la Casa da Xuventude. El edificio, ubicado en la Praza do Matadoiro y marcado por años de disputas políticas y la falta de uso efectivo, enfrenta un destino incierto ante la insalvable diferencia de criterio existente entre BNG y Compostela Aberta para darle una solución: derribar frente a rehabilitar. Los presupuestos aprobados esta semana para 2025 no contemplan ninguna partida para algunha de estas opciones.
La Casa da Xuventude en el limbo
En su última intervención sobre la Casa da Xuventude, la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, mantenía que no habrá novedades sobre la demolición de la Casa da Xuventude en los próximos meses, aunque reafirmó la intención de su gobierno de cumplir con el programa electoral que contempla derribar el edificio. Esta posición choca con el malestar expresado por su socio de gobierno, CA, que rechaza de plano esta solución, y también con la oposición, especialmente del PSdeG, cuya portavoz, Mercedes Rosón, critica la falta de avances y el rechazo del Concello a la cesión del inmueble a la Diputación de A Coruña. Por su parte, el PP se alinea con la idea de derribar el edificio, acentuando la polarización en torno a su destino.
El edificio perdió recientemente el respaldo financiero de la Diputación de A Coruña. Este organismo había acordado invertir más de un millón de euros para su rehabilitación y la creación de espacios como un anfiteatro para 250 personas y salas de usos múltiples. Según Rosón, la rescisión de este convenio responde a «disputas internas del bipartito» que han costado oportunidades al Concello. Mientras tanto, los problemas estructurales del inmueble, especialmente en su envolvente, siguen siendo motivo de debate sobre si optar por la conservación o la demolición.
La apuesta por Salgueiriños y la Factoría Moza
Frente a la incertidumbre en torno a la Casa da Xuventude, el Concello ha decidido enfocar ahora sus esfuerzos en la creación de la Factoría Moza. Este nuevo proyecto, ubicado en el esqueleto abandonado de Salgueiriños y originalmente pensado para un parque comarcal de bomberos, aspira a convertirse en un espacio de referencia para la juventud compostelana.
El anteproyecto presentado contempla un edificio de 4.500 metros cuadrados divididos en áreas temáticas: música, formación, actividad física, coworking y ocio. Con salas de ensayo, un auditorio para 600 personas, aulas, una biblioteca y espacios para la práctica de skate, entre otras instalaciones, la Factoría Moza pretende dar respuesta a las necesidades de los jóvenes de Santiago, que suman más de 9.000 empadronados y una población universitaria de 23.000 personas. La financiación de este ambicioso proyecto, estimada en 4,5 millones de euros, dependerá en gran parte de la obtención de fondos europeos.
Sin plazos claros ni consenso político
Aunque la Factoría Moza avanza en términos de planificación, su ejecución dependerá de la disponibilidad de fondos y podría enfrentarse a retrasos debido a las complejidades administrativas y presupuestarias. Paralelamente, la Casa da Xuventude seguirá siendo motivo de debate, sin una solución concreta a la vista.