En una realidad en la que (casi) todo es comercializable, existe un mercado para la compraventa de créditos de carbono. En esencia, se trata de que las empresas que no pueden eliminar o reducir sus emisiones de CO2 tengan la posibilidad de compensar su huella de carbono y no exponerse, por ejemplo, a posibles sanciones. Con dinero de por medio, desde luego.

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