Sánchez Martínez dio mucha fluidez al juego sancionando con buen criterio las infracciones del reglamento. Corrió lo justo, estuvo siempre cerca de la jugada, demostró tener personalidad en la toma de decisiones manteniendo el control del choque en todo momento. Acertó en el 82’ al señalar penalti por el pisotón de Koundé a Rodríguez. Amonestó correctamente a Bartra en el 41’ por derribar a Raphinha, a este en el 49’ por desplazar el balón fuera del campo estando el juego parado, en el 82’ a Gavi por una dura entrada a Rodríguez y en el 85’ a Mateo Flores por sujetar a Fermín. También debió haber amonestado en el 4’ a Isco por derribar a Lamine cortando un ataque prometedor.
El VAR de Trujillo Suárez anuló un gol de Koundé en el 45’+4 por un fuera de juego previo al remate y en el 54’ otro de Lamine por ‘offside’ al inicio de la jugada.
A pesar de tratarse de una eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey, el partido fue fácil de dirigir para Sánchez Martínez aunque con claro protagonismo del VAR, que validó el 5-0 de Lamine tras ser anulado antes.
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