En 1991 un devastador incendio afectó las montañas cercanas a Oakland, en California, el fuego se propagó por el matorral y afectó a bosques y viviendas de manera incontrolable. Los servicios de extinción que trabajaron en la zona acuñaron un término para referirse a este tipo de fenómeno: lo llamaron “los incendios del futuro”. Esos incendios ya tienen lugar en España, ahora son conocidos como los incendios de sexta generación, incendios que superan la capacidad de los equipos de extinción.
Los incendios de Los Ángeles han abierto un nuevo capítulo en la historia de las catástrofes naturales causadas por el fuego. Un suceso que llega tras cerrar, de nuevo en 2024, otro año más caluroso de la historia, el primero con una temperatura media mundial con un incremento de 1,5 °C sobre su nivel preindustrial.
La nueva realidad del cambio climático se impone de manera tozuda y la adaptación humana al calentamiento global obliga a adoptar nuevas soluciones. Los grandes incendios adquieren mayor virulencia, su fuerza desborda a los equipos de extinción y hacen muy difícil apagarlos. Lo hemos visto en Los Ángeles, los bomberos se apartan de su recorrido porque no hay manera de gobernarlos.
El problema es cuando en su camino se cruzan los entornos urbanos, especialmente si están diseminados en el territorio. En el escenario de un gran incendio forestal estos pequeños núcleos urbanos corren riesgo de ser pasto de las llamas.
¿Puede pasar en España lo que ha ocurrido en Los Ángeles?
“Basta con que tengas, por ejemplo, un incendio de poniente en la sierra de Collserola en Barcelona. Ahí podríamos ver el incendio acercarse a Barcelona, que no es Los Ángeles, no veríamos ese nivel de devastación en la parte urbana por razones obvias de materiales, pero si veríamos una columna de humo que se cierne sobre Barcelona”, asegura Ferrán Dalmau, ingeniero forestal y director de la empresa valenciana Medi XXI. “Podría, también, producirse en zonas de Marbella y en toda la zona de Málaga. Tenemos escenarios parecidos en cuanto al riesgo, evidentemente nuestro nivel de devastación suele ser menor, eh, tanto en cuanto nuestras construcciones son, en principio, más existentes”, añade.
La empresa de este ingeniero forestal lleva desde 2006 implementando un sistema de autodefensa contra incendios que ya ha salvado viviendas de ser pasto de las llamas: el Sistema de Defensa de Incendios Forestales (SIDEINFO). En 2021, Dalmau nos enseñó cómo este sistema se montaba en Ribarroja de Turia. Hoy, funcionando a pleno rendimiento, ha evitado que dos incendios se acerquen a las viviendas. “El año pasado tuvimos dos incendios, uno en febrero y otro en abril, fueron los dos provocados y en los dos casos el sistema ha tenido que actuar”, afirma Damau.
El sistema consiste en unos cañones de agua que humedecen esa línea defensiva de las viviendas, de manera preventiva. En épocas de sequía riega la zona para no que no esté seca y si se dirige un incendio a las viviendas riega antes de que llegue y cuando esté cerca actúa sobre él directamente.
La implementación del sistema va acompañada de la formación de los habitantes en prevención y en cómo responder ante el fuego además de actuaciones de selvicultura en alrededores y jardines. Con este sistema activo no sólo ayudan a los bomberos en la extinción del fuego sino también les dota de más seguridad durante su intervención.
Expansión hasta Canadá
Dentro de España, la empresa tiene proyectos de defensa en Valencia, en Cataluña y Alicante y ahora está proyectado sus servicios a Canadá desde donde una comunidad de propietarios les han contactado para contar con su sistema.
“Muchas comunidades de vecinos tienen dudas, evidentemente, porque es una inversión. Una comunidad de propietarios supone una inversión. Invertir es dinero, pero no invertir es más dinero”, asegura. El ejemplo de Los Ángeles habla por sí solo.
“Estamos aprendiendo sobre los incendios canadienses, allí los incendios son diferentes a los nuestros, son de mayor intensidad y de mayores dimensiones. Para que tengas una idea, en Canadá ardieron en una temporada de incendios en 2022 unos 19 millones de hectáreas, en España hay 27 millones de hectáreas forestales”, explica.