Desde que Pedro Sánchez anunció el pasado diciembre la consagración de 2025 como el año de la memoria de la muerte de Francisco Franco, con más de un centenar de citas en el calendario, uno de sus principales argumentos ha sido que nuestro país no es el único que organiza un programa de estas características.
«De hecho, todos los países de nuestro entorno han conmemorado el aniversario de sus democracias. Y lo han hecho, además, usando el mismo hito que empleamos nosotros aquí en España: el inicio del fin de sus dictaduras; el inicio, por tanto, del proceso democratizador», pronunció el presidente, durante la inauguración de estos actos.
Es más, en la página oficial de España: 50 años en libertad, se detallan cuáles son esos países que han celebrado episodios similares. Aparecen citados Italia, Alemania, Portugal, Grecia o Francia. Pero lo cierto es que ninguno de ellos festeja la muerte de sus respectivos dictadores como punto de partida para la democracia. Menos aún, si lo hicieron en la cama, como Franco.
En cuanto a la magnitud de los actos, sólo Portugual se puede comparar con España. Allí también se dedicó todo un año, 2024, a conmemorar el cincuentenario de la Revolución de los Claveles. El calendario de eventos, incluso, se amplía desde 2022 a 2026 e incluye centenares de actividades.
La diferencia es que en Lisboa la movilización ciudadana fue decisiva para derrocar la dictadura impuesta décadas antes por António Salazar y continuada en 1974 por Marcelo Caetano. Allí el derrocamiento de los generales, y no su muerte como en España, sí marcó la llegada de la democracia.
En el resto de países la mayoría de las conmemoraciones a las que se refiere la web del Gobierno se producen en días declarados tradicionalmente festivos. Fechas en las que ya se suele celebrar algún hito histórico y en las que, con motivo de un aniversario redondo, se amplió el calendario de eventos.
Y aún así, salvo en el caso de nuestros vecinos ibéricos, en ningún lugar ocurrió nada como lo que plantea aquí el Ejecutivo.
Italia
La web de España: 50 años en libertad menciona que Italia celebró el 50 aniversario de su democracia en 1995, «tomando como fecha de referencia la liberación de Italia del fascismo en 1945», en un acto en el que participaron el entonces presidente de la República, Francesco Cossiga, y el primer ministro, Oscar Luigi Scalfaro.
Es cierto que Italia celebró este día. Pero, al igual que cada 25 de abril, Día de la Liberación, en el que se recuerda el fin de la ocupación de las tropas nazis. Todos los años se realiza una ofrenda floral en el Altar de la Patria de Roma, donde asisten el presidente de la República y el primer ministro, y en 1995 no fue diferente. Sólo un día, cumpliendo con la tradición.
Aunque la Segunda Guerra Mundial trajo aparejada la derrota del fascismo, en Italia no se conmemora la muerte de Benito Mussolini, colgado en una plaza de Milán tres días después de la salida de las tropas nazis. Y pese a que este 2025 se cumplen 80 años de ambas fechas, el Gobierno tampoco ha anunciado nada especial hasta la fecha.
Desde su llegada al poder, la primera ministra, Giorgia Meloni, que pertenece a un partido fundado por herederos del posfascismo, ha participado en el Día de la Liberación y se ha desmarcado de esa ideología.
Alemania
Argumenta el Gobierno que Alemania también celebró en 2019 el 30º aniversario de su reunificación. Aunque lo hizo, de nuevo, con actos que giraron alrededor de fechas tradicionalmente conmemorativas: el 9 de noviembre, aniversario de la caída del Muro de Berlín (1989), y el 3 de octubre, cuando se disolvió oficialmente la República Democrática Alemana y se fundó la actual República Federal (1990).
Es cierto que en el caso alemán sí que se formó en 2019 un comité especial -al igual que ocurre ahora en España-, formado por 22 expertos y liderado por un político, Matthias Platzek, antiguo presidente del Partido Socialdemócrata.
El comité se encargó de organizar una veintena de actos, concentrados en el último trimestre del año, relacionados con la caída del Muro y las historias pasadas de la Alemania del Este. Unos sucesos que recuerdan la consolidación de una reforma política y cuyo programa está lejos de la hipertrofia del planteado para Franco.
Adolf Hitler, por cierto, murió suicidado el 30 de abril de 1945. Pero ese día lo único que celebran los alemanes es la fiesta pagana de la Noche de Walpurgis.
Grecia
En Grecia se celebra lo que ellos llaman la Metapolítefsi, traducido como «cambio político», que sería lo más parecido a nuestra Transición. Se trata del periodo que va de la caída de la Dictadura de los Coroneles en 1974, que colapsó tras un intento fracasado de anexionarse Chipre, hasta la formación de la actual Tercera República Helénica.
El fracaso en la anexión de Chipre y la invasión parcial de la isla por parte de Turquía, que pugnaba con Grecia por este territorio, terminó por provocar la caída de la Junta militar que gobernaba el país.
De este proceso se cumplieron 50 años en 2024, por lo que el Gobierno y otras instituciones académicas organizaron sendos ciclos de conferencias. El 24 de julio, día en el que se conmemora la vuelta del exilio del exprimer ministro griego Konstaninos Karamanlis para poner en pie la democracia, se convocó una sesión conmemorativa en el Parlamento heleno.
Participó, naturalmente, el actual primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, pero tampoco hubo mayor despliegue institucional.
Francia
Al igual que ocurre en Italia, Francia celebra cada año el fin de la ocupación nazi y la caída del régimen colaboracionista de Vichy, escenificada en la Liberación de París, que se produjo entre el 19 y el 25 de agosto de 1944. Ese día, el 25 de agosto, es fiesta nacional en toda Francia.
Y también como sucede con otros países que vinculan el inicio -o el retorno- de la democracia al periodo histórico de la Segunda Guerra Mundial, Francia conmemoró el año pasado el 80º aniversario de ese momento. El lema fue «mirar a la Historia a la cara, con la intención de construir una memoria republicana».
Se organizó un calendario de actos, concentrados fundamentalmente en el mes de agosto, y que tuvieron como colofón la ceremonia oficial del día 25 de ese mes. En ésta y otras citas participó el presidente, Emmanuel Macron.
En 2024 Francia conmemoraba, además, el 80 aniversario de otras fechas muy simbólicas, como el Desembarco de Normandía. Sin embargo, las citas patrocinadas por el Elíseo no fueron más que una docena.
En ningún caso se recordó al general Pétain, que fue condenado a muerte por colaborar por la Alemania nazi y cuya pena fue después conmutada por la cadena perpetua. El general murió en 1951 bajo arresto domiciliario, al haber sido excarcelado días antes por su estado crítico de salud, sin que nadie ahora recuerde esa fecha.
Portugal
Es el único caso que se puede comparar realmente con la dimensión de las actividades impulsadas por el Gobierno de España.
El Gobierno luso puso en marcha una Comisión Conmemorativa de los 50 años del 25 de abril para recordar esa fecha de 1974 en la que miles de portugueses acompañaron por las calles a un grupo de militares que se rebelaron contra la dictadura impuesta por António Salazar (ya fallecido en 1970) y que tuvo como último legatario a Marcelo Caetano.
Se llamó la Revolución de los Claveles y, a diferencia de lo ocurrido en España, consiguió expulsar a los generales del poder para llevar al país a unas elecciones democráticas.
La Comisión Conmemorativa de los 50 años comenzó ya a programar actividades en 2022 y terminará de celebrarlas en 2026. El grueso, lógicamente, se concentró el año pasado -en el 50º aniversario-, cuando se realizaron al menos 120 actos en memoria de la Revolución de los Claveles.
Los Ministerios de Cultura y Exteriores de España participaron en algunas de estas actividades. Se pueden encontrar en una página web muy cuidada, en la que el Gobierno luso ofrece una amplia información sobre estas iniciativas y acerca de su memoria democrática.
Rumanía, Polonia, Yugoslavia…
También hubo otros países europeos ocupados por las tropas nazis, como Austria o Polonia, y más dictaduras, como la rumana o la yugoslava. Sin embargo, en la mayoría de sus capitales se limitaron a conmemorar una fecha simbólica.
En Rumanía, en diciembre de 2019 celebraron el 30º aniversario de la caída -y ejecución- de Nicolae Ceaucescu. Cientos de personas salieron a la calle esos días para honrar a las víctimas de la dictadura comunista.
Allí sí que los festejos tuvieron que ver con la desaparición del dictador, pero la diferencia vuelve a radicar en que en este país la transición a un nuevo sistema político se produjo tras una revolución.
Austria o Polonia también recordaron el 80º aniversario de la salida de las tropas nazis de sus respectivos países. En la capital polaca, por ejemplo, cada 1 de agosto suenan las sirenas para recordar el Levantamiento de Varsovia. Un momento de recuerdo que siempre ha estado presente y sobre el que no ha habido nunca un megacalendario.
Entre los países de la extinta Yugoslavia, sin embargo, muchas heridas continúan abiertas. El aniversario de la muerte del mariscal Tito suele despertar homenajes en Serbia, mientras que el resto de países suelen elegir fechas simbólicas de las guerras de los Balcanes para recordar a sus muertos o la independencia de sus naciones.