Cuando escuchamos hablar de vientre bajo abultado, en realidad es la referencia a un aumento de volumen en la zona inferior del abdomen, justo por debajo del ombligo. Esta protuberancia suele asociarse a la acumulación de grasa, pero también guarda relación con otras causas.
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Otras posibles razones de vientre bajo abultado pueden ser la distensión abdominal, la retención de líquidos, los cambios hormonales, la debilidad muscular y el embarazo o los cambios posparto.
Dicho esto, generalmente el vientre bajo abultado no indica un problema de salud grave, y la buena noticia es que hay posibilidades de eliminar la grasa de esta zona del cuerpo. Ten en cuenta estos seis consejos clave.
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Seis consejos para eliminar el vientre bajo abultado
Eliminar el vientre bajo abultado conlleva combinar cambios en la dieta, hacer ejercicio físico y considerar algún que otro ajuste en los hábitos cotidianos.
A continuación, te compartimos la mejor estrategia para que puedas reducir tu vientre bajo abultado:
1. Alimentación equilibrada
Disminuir los carbohidratos refinados y el azúcar, como lo son los panes blancos, pasteles dulces, refrescos y dulces, que aumentan la grasa abdominal, resulta útil para dicha finalidad.
Sumar más proteínas a la alimentación también puede servir, ya que favorecen la saciedad y el desarrollo muscular. Los alimentos ideales serían huevos, pescado, legumbres, pollo y frutos secos.
Agregar grasas saludables, como las que se encuentran en el aguacate, aceite de oliva y frutos secos, es una buena opción también.
Añadir, fibra soluble, como lo son la linaza, avena y frutas, reduce la grasa abdominal al mejorar la digestión y el control del apetito.
Y por último, una buena hidratación es siempre un buen agregado. Se debe beber suficiente agua para evitar retención de líquidos y mejorar el metabolismo.
Según un informe de Texas Health and Human Services, «el agua es una necesidad básica para el cuerpo, y eso da lugar a la deshidratación«, por eso recalca que «hidratarse consiste en reponer los líquidos corporales que perdemos a través del sudor, al exhalar aire y al eliminar residuos».
2. Ejercicio físico regular
El ejercicio físico también es fundamental. Hay varias opciones, como el entrenamiento cardiovascular (correr, nadar, caminar a paso rápido o andar en bicicleta), que ayuda a quemar grasa general, incluida la abdominal.
También puedes realizar entrenamiento de fuerza, como lo son el levantamiento de pesas, planchas o ejercicios con resistencia. Estos ejercicios fortalecen los músculos abdominales y todo el cuerpo en general.
Por último, se deben incluir ejercicios específicos para el abdomen bajo, como el levantamiento de piernas, bicicleta en el suelo y las planchas con elevación de piernas.
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3. Mejora la postura
La mala postura y la debilidad muscular pueden ocasionar que el abdomen bajo parezca más grande. Para evitarlo, trabaja en fortalecer tu núcleo e intenta mantener una postura erguida.
4. Control del estrés
El estrés elevado incrementa los niveles de cortisol, lo que puede generar una acumulación de grasa abdominal, por lo que se recomienda practicar técnicas relajantes, como la meditación, el yoga y la respiración profunda.
5. Evita la hinchazón
Se deben reducir alimentos ultraprocesados, sal en cantidades excesivas y bebidas carbonatadas. La sobrecarga también puede ser causada por intolerancias, como la lactosa o el gluten. Identificar y evitar estos alimentos puede ser una buena opción.
Asimismo, te recomendamos que consumas té de jengibre, menta o manzanilla puede aliviar el dolor y prevenir la hinchazón en el vientre bajo.
6. Duerme lo suficiente
El poco sueño puede modificar las hormonas que regulan el hambre y el metabolismo, lo que complica la pérdida de grasa abdominal.
Implementa estrategias para mejorar la cantidad y calidad del sueño, como no usar dispositivos tecnológicos una hora antes de irte a dormir, ya que lo ideal es que duermas, al menos, 7-8 horas por noche.
Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.