Hansi Flick fue una de las figuras del Barça que salió más reforzada de la Supercopa de España. El conjunto azulgrana no solo se llevó el título, sino que le marco cinco goles al Madrid que, sumados a los cuatro del triunfo liguero en el Bernabéu, son nueve tantos al máximo rival en menos de tres meses.
Flick volvió a ganarle la partida a Ancelotti, hasta el punto que el encuentro dejó una sensación de ‘déjà vu’, como si la final en Yeda fuera la continuación del partido en el Bernabéu.
De nuevo, otra goleada demoledora, aunque el encuentro estuvo cargado de detalles nuevos. El primero de ellos, un Barça menos temerario (el Madrid cayó una sola vez en fuera de juego), porque se midió a una línea defensiva más prudente. También con un mediocampo matizado: jugó Gavi en lugar de Olmo y el 4-2-3-1 fue en muchos momentos un 4-3-3 con Pedri y Gavi en los interiores.
El Barça dejó en fuera de juego al Madrid 12 veces en el Bernabéu; en Yeda mantuvo la presión alta, pero solo dejó a los blancos una vez en posición irreglamentaria
La batalla del mediocampo
El Barça de la presión y la defensa adelantada fue esta vez un equipo que se explicó más por el control de Pedri y el balón que por el vértigo. Flick empezó a ganar el partido dominando la batalla del mediocampo.
Contribuyó Ancelotti, que ordenó un plan defensivo con un 4-2-3-1, pero que terminó siendo un 4-2-4, porque el Madrid jugó con solo dos mediocampistas: Camavinga y Valverde. Lo aprovechó el Barça que encontró siempre superioridades con el balón y también fue demoleador a la contra como en el cuarto gol.
El conjunto azulgrana jugó muy cómodo porque el Madrid no defendió con once. Vinicius, Mbappé y Bellingham apenas corrieron hacia atrás y futbolistas como Lamine o Pedri, ambos diferenciales, encontraron siempre soluciones para el Barça.
También Cubarsí, que dio otra exhibición de lectura de juego con solo 17 años. Incluso cuando le tocó cambiar de perfil con la entrada en el campo de Araujo. En el perfil izquierdo, el canterano aún tuvo mayor influencia en la circulación de balón del Barça.
La madurez del equipo
Flick acertó repitiendo el once de las semifinales, a diferencia de Ancelotti, que insistió con Tchouameni y Lucas Vázquez en la línea defensiva. Lo leyó muy bien el Barça, que sabía que ahí el Madrid tenía una desventaja competitiva, con jugadores como Raphinha y Balde, que hicieron un destrozo al conjunto blanco.
La expulsión de Szczesny fue el gran reto del Barça, que a pesar de la ventaja en el marcador, tenía que demostrar que podía evitar que el Madrid entrara en el partido.
Flick apostó por dar entrada a Araujo, a pesar de todo el ruido alrededor del uruguayo que había habido durante la semana. Y la apuesta le salió perfecta; Araujo fue dominante en situaciones aéreas y un factor muy incómodo para Vinicius. A pesar del gol de Rodrygo de falta, el Barça gestionó con madurez la segunda parte.
Lo hizo con un bloque más bajo, demostrando nuevos registros con futbolistas como Araujo, Koundé, Cubarsí o Casadó que ‘disfrutan’ defendiendo. Fueron más de 38 minutos con uno menos y aunque el Barça cedió el balón por momentos, en ningún momento se vio un Madrid que pusiera en peligro el resultado.
La actuación del equipo, de nuevo excelente ante los grandes, volvió a poner de manifiesto que este es un Barça más preparado para eliminatorias o finales que para la regularidad de LaLiga. El reto de Flick es evitar que el equipo juegue a la carta y sea capaz de competir a este nivel dos veces por semana.
Un recurso menos explotado
Una de las noticias más destacadas que deja la Supercopa es como el Barça de Flick no ha jugado con una defensa tan adelantada como antes del parón. No ha sido un cambio de estilo, pero sí que parece que el técnico alemán ha incidido en este aspecto.
En las semifinales el Athletic cayó cinco veces en fuera de juego, pero dato más esclarecedor fue ante el Madrid. En el Bernabéu, el duelo liguero, el Barça logró que los blancos cayeran en posición irreglamentaria 12 ocasiones, mientras que en la final de la Supercopa solo una vez. Un cambio muy significativo, ya que no fue hasta el tiempo añadido (minuto 92) que Mbappé cayó en fuera de juego. El Barça defendió durante todo el campeonato más cerca de Szczesny que de Peña en LaLiga.
La sensación fue de mayor tranquilidad y el conjunto azulgrana terminó encajando dos goles en todo el campeonato. Ambos ante el Madrid de Mbappé, Vinicius, Bellingham, Rodrygo y compañía.