Carlos Cuerpo y Yolanda Díaz no han conseguido salvar sus diferencias sobre cómo debe hacerse la reducción de jornada. El ministro de Economía y la vicepresidenta segunda se han reunido este lunes durante más de una hora y se han emplazado a seguir negociando en los próximos días.
Fuentes conocedoras del encuentro explican que ha transcurrido con un «ánimo cordial y constructivo», y reconocen que ambas partes consideran este tema una prioridad del Gobierno. Sin embargo, las discrepancias en la forma de abordarlo se mantienen.
Desde el ministerio de Economía quieren abordar el asunto con un gran debate entre los distintos departamentos que se puedan ver afectados (sobre todo en el área económica). En Trabajo, en cambio, buscan una tramitación urgente para que las 37,5 horas puedan entrar en vigor este mismo año.
Cabe recordar que desde el departamento de Díaz consideran que, si no se aborda con esta tramitación, la medida no se podría aprobar antes de que termine 2025, y se incumpliría el acuerdo del gobierno de coalición.
La cita entre Cuerpo y Díaz se convocaba después de que la ministra de Trabajo enviara una carta al ministro de Economía para pedir el encuentro.
Ambos ministros llevan días enfrentados por la manera en la que el Gobierno debe abordar este asunto. De hecho, el enfrentamiento saltaba a la luz pública la pasada semana cuando la ministra de Trabajo acusaba a Economía de «frenar» la reducción de jornada.
Unas declaraciones que obligaban a salir a la palestra a Carlos Cuerpo para «desmentir» las acusaciones de su compañera de gabinete.
Hasta el momento Trabajo ha logrado el respaldo de los sindicatos a las 37,5 horas, y ha dejado fuera a la patronal CEOE.
Sin embargo, desde el ministerio de Economía, piden tiempo para que los distintos departamentos puedan hacer sus aportaciones. Hay preocupación por la trascendencia que puede tener en materia económica, sobre todo en productividad.
Con todo, pese a que los niveles de tensión entre los socialistas y Sumar van en aumento, ambas partes descartan llegar a un punto de ruptura. De hecho, algunas fuentes aseguran que, como viene siendo habitual desde que se inició la coalición de izquierdas en 2020, será Pedro Sánchez el que deshará este entuerto si llega a enquistarse.