En la fotografía que encabeza ese artículo, si se fijan, no verán una sola mujer. Un poco más abajo sí verán a una mujer en las gradas de la final de la Supercopa. No es un reflejo exacto de la realidad del fútbol en Arabia Saudí. Alguna había en el estadio King Abdullah, sí, como se puede comprobar en la fotografía que figura justo debajo de este párrafo. Sola. De nuevo, un retrato parcial de la realidad, pero elocuente y simbólico de una realidad que, en el nombre del dinero, el fútbol español ha acabado normalizando. O casi.

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