Incluso después de su muerte, la elefanta Yoyo, la más longeva del mundo, seguirá viviendo a través de la ciencia y su historia, su legado y sus enseñanzas seguirán dejando huella en las generaciones futuras. Tras el anuncio de su fallecimiento, ocurrido a los 54 años, un equipo de arqueólogos del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) se ha desplazado hasta el Zoo de Barcelona, su último hogar, para procesar los restos del animal y extraer su esqueleto. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, sus restos se incorporarán a una «biblioteca arqueológica» para ser estudiados en todo el mundo y ayudar, por ejemplo, a entender la historia evolutiva de estos majestuosos animales. «Me gusta pensar que ahora Yoyo empieza una segunda vida«, explica Palmira Saladié i Ballesté, una de las arqueólogas detrás de este proyecto. 

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