¿Pensabas que tu estómago tendría un respiro después de las Navidades? ¡Ja! En Mallorca, enero llega como un torbellino de aromas y sabores que pone a prueba hasta la más férrea voluntad dietética. Las calles se transforman en un festival de hogueras y brasas, donde las buenas intenciones se derriten tan rápido como una longaniza al fuego.
«Empezaré el gimnasio», juramos solemnemente mientras guardamos los turrones. Pero ¡oh, dulce ironía!, apenas hemos dado tres pasos hacia el centro deportivo cuando el aroma traicionero de un fogueró de Sant Antoni nos hace girar la cabeza. Y así, cual polilla hacia la luz, nos encontramos hipnotizados por el ritual ancestral de la torrada.
Nuestros estómagos, pobrecitos, aun recuperándose del maratón navideño, envían señales desesperadas: «¡Socorro! ¡No más comida!». Pero el cerebro, ese traidor, ya está calculando cuántas llonganisses pueden caber en la parrilla. Es como si existiera una conspiración mallorquina para mantener nuestros cinturones en constante expansión.
Las escenas se repiten por toda la isla: grupos de amigos reunidos alrededor de las llamas, convirtiendo cada esquina en un festín improvisado. El vino fluye, las risas aumentan, y esa dieta que íbamos a empezar… bueno, siempre queda febrero ¿no?
Y así, entre el chisporroteo de las brasas y el tintineo de los vasos, nos rendimos ante la evidencia: en Mallorca, enero no es el mes de la dieta, ¡es el mes del disfrute! Porque, seamos sinceros, ¿qué es mejor que una buena torrada compartida? (Spoiler: la respuesta es dos torradas).
¡Salud, queridos lectores! Y si ven a alguien corriendo por las calles estos días, no se preocupen… probablemente solo está intentando llegar el primero al siguiente fogueró.
1. Pascua Militar: un tributo a la memoria, la unidad y el compromiso.
El 6 de enero, se celebró la tradicional Pascua Militar, un acto lleno de simbolismo y emoción presidido por el comandante general de Balears, Fernando Luis Gracia Herreiz, en representación del rey Felipe VI. El evento comenzó con un sentido recuerdo a las víctimas y afectados por la reciente DANA, y un homenaje a Francesc Antich, expresidente de Balears, a quien se le rindió tributo por su dedicación a la comunidad.
Durante su discurso, Gracia destacó los logros del pasado año, resaltando el valioso trabajo de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil en Balears, siempre preparados para actuar en escenarios complejos, tanto en misiones internacionales como en situaciones de emergencia, como la reciente catástrofe en Valencia.
Uno de los momentos más destacados fue la entrega de distinciones a los militares y civiles que se han destacado por su dedicación y excelencia. Entre los galardonados, se incluyó al rector de la Universitat de les Illes Balears, Jaume Carot, quien recibió la Medalla al Mérito Militar por su colaboración con las Fuerzas Armadas.
El acto, que contó con la presencia de autoridades como la presidenta Marga Prohens, el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, y el presidente del TSJIB, Carlos Gómez. Este acto subrayó la relevancia de la Pascua Militar, una tradición que data de 1782, marcando el inicio del Año Militar y el compromiso de las Fuerzas Armadas con la seguridad y bienestar de Balears.
2. ¡Vermuteo y olé! El Flexas encendió los motores de Nochevieja.
Y llegó la crónica más sabrosa del año desde ese rincón que hace temblar el centro de Palma: el mítico Bar Flexas. Y cuando digo temblar, no es una metáfora, ¡porque La Terremoto de Alcorcón está al mando!
Pepa Charro, alias La Terremoto, junto a su media naranja Xavi de las Heras han convertido este templo del vermut en el lugar donde todo palmesano que se precie quiere ser visto antes de despedir el año. ¡Y van ya 20 añitos haciendo de las suyas!
El vermuteo del 31 de diciembre es ya más esperado que las uvas de Nochevieja. ¿Quién necesita 12 campanadas cuando tienes a La Terremoto agitando la coctelera? Este año, como siempre, medio Palma ha marcado la fecha en rojo en su agenda, y la otra media estaba en lista de espera.
Entre aceitunas rellenas y vermut de grifo (que para algo somos tradicionales), Lady DJ hizo de las suyas con ritmos que hicieron bailar hasta a las estatuas de la Catedral.
Y por si fuera poco, las Fantasy Girls añadieron ese toque de glamur que hace que hasta el tapeo más mundano se convierta en un espectáculo digno de Las Vegas… pero en versión mediterránea, por supuesto.
Lo dicho, servidora les puede asegurar que, si no han vivido un vermuteo en el Flexas, no han vivido el auténtico espíritu palmesano. Es como ir a Roma y no ver al Papa, pero con más aceitunas y mejor música.
Consejo dominical. Como dice La Terremoto de Alcorcón: «El vermut no se bebe, se celebra».
3. 2024: Un álbum de recuerdos para enmarcar
¡Ay, queridos lectores y cazadores de momentos inolvidables! Aquí estamos, con una taza de café en mano (¿o mejor una copita?), repasando ese álbum digital que nos ha dejado 2024 con sabor a gloria y purpurina.
¡Menudo año de eventos! De la pasarela al arte, del deporte a la cultura, hemos estado en cada rincón donde había movida en la isla.
Los encuentros con la moda nos dejaron boquiabiertos, mientras las exposiciones internacionales elevaban nuestro nivel cultural a las nubes.
La música ha sido la banda sonora perfecta: desde performances íntimas hasta conciertos veraniegos que hicieron vibrar las noches mallorquinas.
Los beach clubs nos regalaron atardeceres de ensueño, y los festivales de cine nos transportaron a otros mundos.
Los sabores de la isla han estado muy presentes: desde las hierbas tradicionales y el vino, hasta el preciado aceite con denominación de origen. El deporte nos hizo sufrir y celebrar a partes iguales, especialmente con esa emotiva despedida que nos dejó el corazón encogido.
El Mediterráneo ha sido testigo de nuestras aventuras veraniegas, mientras las fiestas tradicionales nos recordaban la esencia de Mallorca. Y cerramos el año con un toque solidario que demuestra el gran corazón de nuestra isla.
¡Querida gente guapa! Ha sido un año de flashes, risas y alguna que otra metedura de tacón. Que 2025 continúe así: bailando, brindando y compartiendo momentos brillantes.
¡Nos vemos en la próxima fiesta! Y recuerden: si no hay foto, no pasó… ¡pero si la hay, que sea con su mejor ángulo!