El B-21 Raider avanza en tiempo y presupuesto, destacando por su doble capacidad de ataque y tecnologías de última generación.

El B-21 Raider cumple los plazos previstos y sorprende en pruebas

El desarrollo del bombardero furtivo B-21 Raider, una pieza clave para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, avanza conforme a lo programado y sin exceder el presupuesto. En las más recientes pruebas aéreas realizadas, el modelo mostró resultados sobresalientes, lo que fortalece la confianza en el programa.

Según estimaciones, cada avión tiene un costo de 692 millones de dólares, que incluye repuestos, equipos de apoyo y entrenamiento. Esta inversión se encuentra respaldada por la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) para el año fiscal 2025, la cual asignó 2.600 millones de dólares para su adquisición. Además, se destinaron 282 millones de dólares a proyectos de infraestructura en la Base Aérea Ellsworth, donde se instalarán estas aeronaves.

El diseño de arquitectura abierta del B-21 facilita actualizaciones tecnológicas rápidas y lo dota de capacidades únicas, como ataques nucleares y convencionales de largo alcance. También incorpora herramientas avanzadas de inteligencia, vigilancia, reconocimiento (ISR) y guerra electrónica, consolidándose como el primer avión de sexta generación en el mundo.

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B-21

Con una entrada en servicio prevista para 2026, el bombardero podría ser la principal apuesta de la Fuerza Aérea para modernizar sus operaciones, aunque su elevado costo podría generar competencia con otros programas estratégicos como el Next-Generation Air Dominance (NGAD).

Características clave del B-21 Raider

  • Costo estimado por unidad: 692 millones de dólares, incluyendo repuestos y mantenimiento.
  • Capacidades de ataque nuclear y convencional de largo alcance.
  • Diseño de arquitectura abierta que facilita modernizaciones.
  • Funciones avanzadas de inteligencia, vigilancia, reconocimiento (ISR) y guerra electrónica.
  • Entrada en servicio estimada: 2026-2027, con pleno despliegue en la década de 2030.

Pruebas y avances tecnológicos consolidan la confianza en el programa

El B-21 realizó su primer vuelo exitoso la primavera pasada, un hito importante para el proyecto. Desde entonces, las pruebas han aumentado en complejidad, proporcionando datos cruciales para ajustar y mejorar el diseño. A finales de 2024, imágenes tomadas por observadores civiles confirmaron el progreso del avión durante un vuelo a gran altitud.

Northrop Grumman, la empresa contratista detrás del proyecto, destacó los avances logrados en su campaña de pruebas de vuelo, señalando que el uso de tecnología digital ha sido clave en el desarrollo del B-21. “Este año, hemos observado un progreso significativo en nuestras pruebas de vuelo”, afirmó la compañía, agradeciendo también el apoyo de la Fuerza Aérea de EE. UU.

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B-21 Raider

Chris “Hoss” Moss, piloto de pruebas del programa, señaló en una entrevista que las características de manejo del bombardero han superado las expectativas iniciales, lo que valida la precisión de los modelos digitales empleados durante su diseño.

El programa continuará avanzando con más pruebas y evaluaciones para asegurar que el B-21 cumpla con todos los requisitos antes de su despliegue definitivo.

El B-21 Raider frente a otros programas estratégicos

A pesar de los avances del B-21, su elevado costo representa un desafío para la Fuerza Aérea. Actualmente, el proyecto rival NGAD, un caza de nueva generación, enfrenta retrasos y podría costar hasta 300 millones de dólares por unidad. Debido a esto, el gobierno deberá decidir si prioriza el B-21 o el NGAD, ya que adquirir ambos podría ser inviable.

La NDAA del año fiscal 2025 favorece claramente al B-21, mientras que el programa NGAD no recibió el mismo nivel de apoyo financiero ni político. Según analistas, esta situación podría derivar en la cancelación del NGAD, dejando al B-21 como la opción preferida de la Fuerza Aérea para modernizar sus capacidades estratégicas.

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B-21 Raider

Además de su costo, el B-21 Raider es considerado una solución integral para las necesidades de defensa del siglo XXI, no solo por su capacidad de ataque, sino también por su diseño adaptable que garantiza su relevancia a largo plazo. Sin embargo, el debate sobre los costos sigue siendo una cuestión crítica que el Departamento de Defensa deberá abordar.

Perspectivas y retos para el futuro del B-21

Con una proyección de adquirir al menos 100 unidades del B-21, algunos expertos sugieren duplicar esta cifra para fortalecer la capacidad estratégica de Estados Unidos. No obstante, la financiación y la logística necesarias para sostener una flota de esta magnitud plantean desafíos significativos.

A medida que el programa avanza, las decisiones clave sobre la financiación y el futuro del NGAD serán determinantes para el despliegue del B-21. La Fuerza Aérea enfrenta el reto de equilibrar su presupuesto mientras garantiza la implementación de tecnologías avanzadas que mantengan la superioridad aérea de Estados Unidos.

El B-21 Raider se perfila como un elemento crucial en la tríada nuclear estadounidense, pero su éxito dependerá de que el programa continúe cumpliendo plazos y controlando costos. En los próximos años, las autoridades deberán tomar decisiones estratégicas que definan el futuro de la defensa aérea del país.

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