La Antártida no siempre ha sido un paraje desolado, lleno de hielo y sin vegetación. Aunque parezca difícil de creer, el continente del Polo Sur fue una vez un frondoso bosque lleno de árboles, un lugar verde. De hecho, hace 145 millones de años, la Antártida rebosaba de especies de dinosaurios gigantescos. Algunos de ellos sobrepasaban los 17 metros de largo.

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