A Carlo Ancelotti le gusta recordar a sus jugadores periódicamente que “no somos los más guapos” y el pasado 26 de octubre no hizo falta que lo hiciese en un vestuario avergonzado tras la goleada encajada ante el Barça de Hansi Flick. Un grupo de chavales con más hambre, más humildad y mucho talento les pasó por encima de las estrellas blancas (0-4) confirmando las malas sensaciones madridistas en el inicio de la temporada y la velocidad de crucero de los culés con el alemán al mando.

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