La despedida en Cádiz a la princesa Leonor y demás guardiamarinas que zarpan este sábado a bordo del Juan Sebastián Elcano se ha visto empañada por gritos y abucheos a Margarita Robles. La ministra de Defensa, que llegó con diez minutos de retraso al acto, fue recibida entre gritos de «fuera» mientras subía a la cubierta del buque escuela de la Armada española.
Más de 1.600 familiares se han concentrado en el muelle de Cádiz para despedir a los 76 guardiamarinas, entre ellos la princesa Leonor, antes de embarcarse en una travesía de seis meses que los llevará por diferentes países al otro lado del Atlántico.
Al acto de despedida han acudido los reyes, Felipe VI y doña Letizia, así como otras autoridades, entre ellas la ministra de Defensa. Sin embargo, esta fue la última en llegar debido a problemas meteorológicos.
Retraso por problemas meteorológicos
Debido a la niebla, su avión fue desviado a la base de Morón de la Frontera, en Sevilla, y desde ahí completó su trayecto hasta Cádiz en coche, un traslado que demora hasta una hora en realizarse, ha informado RTVE, que cita fuentes del Ministerio de Defensa.
A su llegada al casi centenario bergantín-goleta, Robles tuvo que escuchar los abucheos, silbidos y gritos de «fuera, fuera» de algunos de los centenares de familiares de los guardiamarinas que acudían a despedirse de los futuros oficiales de la Armada.
Antes que la ministra llegaron los reyes Felipe VI -que hizo este crucero de instrucción en 1987- y doña Letizia, que subieron a bordo del buque escuela para saludar a la tripulación y despedir a todos los guardiamarinas que atravesarán el Atlántico.
Tras partir de Cádiz, el buque Juan Sebastián de Elcano llegará la próxima semana a Canarias. El recorrido, de seis meses, incluirá además Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana, Estados Unidos y, de vuelta a España, Gijón y Ferrol antes de su llegada a la Escuela Naval Militar en Marín, el 14 de julio, y su posterior regreso a Cádiz.
La princesa Leonor, por su parte, desembarcará en Nueva York para volar a España y permanecer un mes a bordo de una fragata, antes de volver a unirse a sus compañeros, en el último tramo del crucero, en Gijón, el 7 de julio.