Era su primer día más allá de los muros del centro penitenciario de Zuera después de cumplir una condena de dos años de cárcel como autor de un delito de amenazas (18 meses) y de un segundo delito de quebrantamiento de medida cautelar (6 meses). Y lo primero que hizo Victoriano S. S. (España, 1970) fue personarse en su anterior domicilio ubicado en Ejea de los Caballeros (Zaragoza) en busca de su exmujer, tal y como revelan las cámaras de videovigilancia instaladas en la vivienda. Pero ella se imaginaba lo que podía pasar tras ser conocedora de su inminente salida de prisión, de ahí que días antes solicitara ayuda a los servicios sociales de la Comarca para encontrar refugio en una casa de acogida. La mujer denunció los hechos ayer por la mañana en las dependencias de la comisaría de Delicias.
Lo hizo asistida de sus abogados, los letrados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, junto a quienes solicitó la adopción de una orden de alejamiento pues tiene miedo de lo que le pueda pasar. Según consta en la denuncia a la que ha tenido acceso este diario, el 21 de noviembre y el 23 de diciembre, el hombre le remitió dos cartas postales al despacho de su abogado para «llegar a un acuerdo sobre la titularidad de las propiedades». En ellas, además, le explicaba «los procesos químicos para realizar metanfetaminas» y en la última se despedía diciéndole: «Ya nos veremos este año varias veces, o igual no, todo puede ser».
Este miércoles, la denunciante recibió una llamada de Securitas Direct al alertarle desde la entidad de la presencia de una persona en su casa. De acuerdo a la descripción que le facilitaron, la mujer dedujo que se trataba de Victoriano S. S. y así lo ratificó cuando visionó las imágenes de las cámaras de videovigilancia. También una vecina se puso en contacto con ella para informarle de que había visto al varón en las inmediaciones del domicilio, al parecer, «muy bebido».
En febrero de 2022, el Juzgado de lo Penal número 8 de Zaragoza le condenó a 18 meses de cárcel como autor de un delito de amenazas. Solo unos meses después, en junio de 2022, aceptó otros seis meses de prisión por quebrantar la orden de alejamiento al personarse en el citado domicilio aporreando la puerta.