David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se desvinculó ayer ante la juez de Badajoz Beatriz Biedma de toda actividad o relaciones políticas al afirmar que él es un músico que ha trabajado principalmente fuera de España y que no tiene «ninguna significación política más allá de mi conexión familiar».
Sánchez compareció como investigado en unas diligencias abiertas por supuestos delitos de tráfico de influencias y prevaricación. Las imputaciones sobre enriquecimiento injustificado y fraude fiscal han quedado desactivadas, hasta el punto de que la instructora no le hizo ni una sola pregunta sobre ellas.
La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha aclarado que “no se ha encontrado ninguna evidencia” de que el hermano de Pedro Sánchez disponga de 1,4 millones de euros en acciones. La UCO ha precisado que “los datos aportados en la denuncia son fruto de una probable utilización errónea de los datos” porque confundieron el valor nominal de las acciones en euros con el número de acciones.
Al comienzo de la comparecencia, en la que David Sánchez se mostró tranquilo y colaborativo, la instructora le hizo un resumen de lo descubierto en las diligencias. «Hay indicios de que se le ha dado un trato de favor tanto en la creación de la plaza y su adjudicación como, sobre todo, en que ese puesto se ha ido adaptado no a las necesidades de la Diputación sino a sus propias necesidades personales, concretamente al programa de Ópera Joven«, le explicó.
Biedma añadió que, según el contrato que Azagra (el nombre artístico de David Sánchez) firmó, se le pedía dedicación exclusiva y que prestar sus servicios de forma habitual en Badajoz «y, al parecer, no lo está efectuando».
«Lo que parece», sintetizó la juez, «es que se le ha dado [a la plaza] una aparente legalidad que realmente encubre la adjudicación directa ese puesto de trabaja a usted y que se haya ido adaptando a sus gustos personales» respecto a las actividades de ópera más que de coordinador de conservatorios.
«Le agradezco que haya hecho esa vista de pájaro de lo que hay», le contestó Sánchez. «He leído con atención también sus autos con asistencia de mi letrado, tengo pleno conocimiento de cómo se está desarrollando el proceso», añadió antes de decir que contestaría a las preguntas de la instructora, de la fiscal y de su defensa.
Durante el interrogatorio de Biedma, Sánchez recordó que en septiembre de 2016 estaba en Milán haciendo un máster que terminó en febrero de 2017.
«No tenía un contrato fijo», dijo. «Estaba en plena búsqueda de un puesto de trabajo y empiezo a barajar distintas opciones».
Manifestó que tuvo conocimiento de las bases de la convocatoria de una plaza de coordinador de conservatorios de música dependiente de la Diputación de Badajoz «a través de un buscador de Internet». Buscaba todas las mañanas durante unos 15 minutos «tomando un café».
– ¿Conocía a alguien en Badajoz? ¿A Miguel Ángel Gallardo (presidente de la Diputación?, preguntó la juez.
– No tenía relación con nadie en Badajoz. En absoluto conocía a Gallardo, que me lo presentan cuando ya estoy incorporado.
– ¿Estaba relacionado con el PSOE?
– Mi actividad ha sido fuera de España principalmente. No tengo ninguna significación política más allá de mi conexión familiar, contestó Sánchez refiriéndose al presidente del Gobierno.
Biedma preguntó cómo elaboró el proyecto que presentó para optar a la plaza si no conocía Badajoz ni sus conservatorios. «Yo he pasado con conservatorios, conozco perfectamente su funcionamiento y había trabajado para otras instituciones organizando ciclos para jóvenes intérpretes», justificó.
Azagra pidió a la juez que le «refrescara» que puso en ese proyecto, al no acordarse, no recordaba bien cómo fue la entrevista que le hicieron. Sí mencionó que en ella estaban Manuel Candalija, director del área de Cultura de la Diputación, y Elisa Moriano, que fue su primera jefa.