La Fundación Charo y Camilo José Cela se plantea su disolución, motivada por la falta de ayuda institucional y una situación actualmente insostenible. Así lo ha comunicado Camilo José Cela Conde, presidente de esta entidad e hijo del Premio Nobel y de su primera esposa, a una serie de personas e instituciones, a las que ya ha avanzado su intención de abordar el fin de la Fundación en la próxima reunión de su patronato, según ha podido saber este diario.
Quince años después de iniciar su andadura, la Fundación Charo y Camilo José Cela podría acercarse a su fin ante la imposibilidad de dar continuidad a los proyectos por los que se creó en 2010 en Palma: impulsar un museo y la investigación sobre el escritor, que residió en Mallorca entre 1954 y 1988 y promovió las Conversaciones en Formentor y la revista Papeles de Son Armadans, además de ser el nexo de unión de la isla con importantes figuras de la cultura.
La cuestión monetaria, la falta de ayudas públicas, parece ser la principal razón de las dificultades que atraviesa la Fundación presidida por Cela Conde y así se abordaría en una próxima reunión del patronato para la que todavía no hay fecha. «Cuando se celebre la que tiene que decidir el plan de acción de este año comunicaremos los pasos que se hayan aprobado», ha declarado el hijo del premio Nobel.
Según ha podido saber este diario, la Fundación Charo y Camilo José Cela estaba a la espera de la autorización ministerial para ingresar en la Fundación Gabarrón, dedicada a la promoción de la cultura y con la que ha colaborado. El Museo Cristóbal Gabarrón, situado en la Casa Pintada de Mula, en Murcia, acogió en 2023 la exposición Picasso-Cela. Vidas paralelas, valores compartidos, comisariada por Camilo Cela Conde y que atestiguaba la relación entre los dos creadores, así como entre sus mujeres, Jacqueline Roque y Charo Conde. La creación de un instituto en el marco de este Museo es una de las vías planteadas por Camilo José Cela Conde para tomar el relevo en la divulgación del legado de su padre. Por ahora, una vía muerta. El silencio por parte del ministerio de Cultura sobre ese proyecto de ligarse a la Fundación Gabarrón se suma a una falta casi completa de apoyo institucional.
Esta situación no es nueva, al menos en lo que respecta a Mallorca. Cuando se constituyó en 2010, desligada de la Fundación Camilo José Cela con sede en Iria Flavia, la entidad impulsada por el hijo del Nobel confiaba en contar con la ayuda del Govern balear, del Ayuntamiento de Palma y de la UIB. Sin embargo, solo la Universitat ha formado parte de su patronato, ya que en 2012, en el décimo aniversario de la muerte del escritor, Cela Conde retiró a las otras dos instituciones la oferta de ingreso en la Fundación y con ella la posibilidad de que el legado de sus padres se quedara en la isla.
Así, en 2019, este capital material, consistente en cartas entre el matrimonio, revistas, poemas inéditos, dibujos y documentos, se trasladó a La Alcarria, tras un acuerdo firmado con la Diputación Provincial de Guadalajara, que abrió el Centro Cela en Almonacid de Zorita. Allí se recreó el despacho que el literato tenía en su casa de La Bonanova, con su mesa de trabajo, sus dos tablas medievales preferidas, además de objetos personales como la pluma con la escribió La familia de Pascual Duarte o La Colmena, objetos que debían formar parte del museo previsto en Palma.
Mallorca, un refugio durante más de 30 años
Camilo José Cela Trulock (Iria Flavia, 1916-Madrid 2002) encontró en la Mallorca de 1954 un lugar «liberal donde se podía trabajar con sosiego». Aquí vivió durante más de 30 años y aquí escribió casi una cincuentena de obras, entre poesía, novela, libros de viajes, ensayos, artículos…
La familia Cela Conde se instaló, en un primer momento, en el Port de Pollença, pero acabó trasladándose a Palma y su residencia final fue La Bonanova. En la isla, el escritor fue un dinamizador cultural y lanzó Papeles de Son Armadans, considerada una de las revistas más importantes de las letras españolas, en la que «por primera vez desde la Guerra Civil, en España pudieron escribir republicanos exiliados y se pudo hacer en catalán y en gallego», según recordó su hijo. También atrajo hasta las Conversaciones Poéticas en Formentor a Robert Graves, Italo Calvino, Marguerite Duras, Vicente Aleixandre o Gil de Biedma, entre otros intelectuales.
En el centenario del nacimiento de Cela, la UIB organizó un congreso sobre el autor, pero la huella cultural del que fue uno de los grandes escritores del siglo XX se había ido diluyendo.
En 2022, el Foro Bellver organizó Cela en el recuerdo, un coloquio celebrado en el Club Diario de Mallorca para conmemorar el 20 aniversario de la muerte del Nobel. Su antigua alumna y catedrática de Literatura María Payeras mencionó que aquí «encontró amigos, privacidad y una sociedad preparada para colaborar con él».