«Yo soy David y voy con Dios en batalla permanente». Al igual que Javier Milei, al que tanto desprecia, Nicolás Maduro tuvo este viernes su momento bíblico. La glosa incluyó a la encarnación contemporánea de Goliat, Estados Unidos, y la promesa de derrotarlo con algo más que una honda. La cita se escuchó como una respuesta a la decisión del Gobierno de Joe Biden de elevar a 25 millones de dólares una recompensa por la captura del hombre que juró por tercera vez este viernes como presidente. Por el ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello, se ofrece la misma suma. La cabeza del ministro de Defensa, Vladímir Padrino López, tiene el precio de 15 millones de dólares.

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