Nadie del Gobierno español quiere dar información pública y detallada de un hecho tan concreto como el intento de entrada este miércoles en Marruecos de sendas furgonetas con mercancías por las aduanas de Ceuta y Melilla, que finalmente fueron rechazadas en la parte marroquí. El secretismo deja al descubierto la tensión y las dificultades de una negociación con Marruecos para abrir una aduana en Ceuta y reabrir la de Melilla. Unas conversaciones que van camino de cumplir tres años y que han dado escasos resultados en lo que al tránsito de mercancías se refiere. Fue una apuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la anunció el 7 de abril de 2022 en Rabat como parte de la declaración conjunta tras su encuentro con el rey Mohamed VI. “La plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo», se leía en la hoja de ruta establecida por ambos países. No ha ocurrido, tampoco este miércoles.

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