Pocos cargos generan tanto desgaste como el de presidente de Renfe, una empresa pública que opera trenes pero que, sobre todo en los últimos 15 años, se ha convertido en arma arrojadiza entre trincheras políticas. Raül Blanco ha sido el último en saborear la crudeza de esta silla que depende del Ministerio de Transportes. Nombrado en febrero de 2023, ha anunciado su dimisión este martes «por motivos personales«. Abandonará el puesto el 14 de enero y será el Consejo de Ministros quien hará oficial el nombramiento del sucesor, un nombre que ya ha trascendido: Álvaro Fernández Heredia, actual secretario general de Movilidad Sostenible. Será el noveno presidente de Renfe en 25 años.

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