El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, tomará posesión de su cargo el próximo 20 de enero. Su equipo lleva semanas preparando los detalles para que sea una jornada histórica, con el tradicional discurso frente al Capitolio de Washington, un desfile en las calles de la ciudad y un mitin con el que dará comienzo a las celebraciones el día anterior. Pero más allá de la pompa que rodeará el día en el que jurará el cargo, lo verdaderamente relevante es qué medidas priorizará Trump en cuanto sea presidente, porque esas decisiones marcarán el tono de toda la legislatura.
La agenda con la que Trump ha ganado las elecciones es muy ambiciosa, y ahora que el Partido Republicano también va a controlar el Congreso y el Senado le será más fácil implementar sus planes. Desde su gabinete están transmitiendo que durante su primera semana en la Casa Blanca aprobará un buen número de órdenes ejecutivas que ya está redactando el equipo de transición. Esto es lo que podemos esperar de las prioridades del próximo presidente americano de cara a su segundo mandato.
Uno de los planes más urgentes de Trump es establecer aranceles a los productos que llegan a Estados Unidos del extranjero, empezando por los de Canadá, México y China. Pero los economistas no tienen tan claro que sea una decisión que pueda tomarse de un día para otro sin negociación mediante, especialmente porque esos aranceles terminarán repercutiendo en los precios que paga el consumidor americano y perjudicarían a importantes industrias como la del automóvil. Por tanto, es más probable que el magnate prefiera negociar con los países extranjeros, incluida la UE, antes de imponer tarifas que puedan terminar perjudicando a su propio mercado.
Trump ha dicho que los aranceles estarán en pie hasta que los países fronterizos dejen de enviar tanto droga como a inmigrantes ilegales, lo que hace pensar que podría llegarse a algún tipo de acuerdo al respecto. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ya viajó a Florida para iniciar un diálogo sobre este tema, pero se marchó sin que concretasen qué pasará con los anunciados aranceles.
El despido de miles de empleados federales es otra de las promesas más repetidas del presidente electo. En este punto no está claro si esperará a las recomendaciones que le hagan llegar Elon Musk y Vivek Ramaswamy, los designados como responsables del futuro departamento que tratará de reducir el gasto público. Por el momento la promesa de ambos, según una tribuna que publicaron juntos en el Wall Street Journal, es reducir el gasto del estado en 500.000 millones de dólares (unos 477 millones de euros) al año. Y dicen que no recortarán de lo esencial sino de gastos que «o bien el Congreso no ha autorizado o bien se usan de maneras que el Congreso nunca buscó», por ejemplo reduciendo la Corporación para la Radiodifusión Pública, en becas o en Planned Parenthood, una organización encargada de prestar servicios de salud sexual y reproductiva.
Pero si hay alguna promesa que Trump ha insistido que cumplirá el día uno es la deportación de miles de inmigrantes. «Sabemos que en su primer día en el cargo va a lanzar la mayor deportación de inmigrantes ilegales de la historia de EEUU», ha dicho la secretaria de prensa de Trump, Karoline Leavitt, en una entrevista en la cadena Fox News. Pero hace ocho años el empresario ya se encontró con problemas logísticos y legales la hora de cumplir su medida estrella de campaña, como también sucedió con su intención de hacer caer el Obamacare.
No obstante, Trump podría empezar acabando con los programas de libertad condicional de Joe Biden, rescatando la construcción del muro y paralizando la admisión de refugiados en el país, así como impidiendo que los recién nacidos en EEUU obtengan directamente la nacionalidad, como ha anunciado. Otra derivada es que independientemente de si aprueba más o menos medidas de este tipo al inicio de su mandato, solo los anuncios de los últimos meses podrían provocar desplazamientos en la población migrante como ya pasó en 2016, cuando miles se lanzaron a la frontera con Canadá por miedo a ser expulsados a sus países de origen.
Carne para los MAGA
El presidente electo también ha anunciado que en su primer día en el cargo buscará dejar claras sus prioridades en materia de guerra cultural. Ha asegurado que prohibirá los programas de diversidad, equidad e inclusión (conocidos como DEI, por sus siglas en inglés) y que perdonará a quienes fueron condenados por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. También quiere prohibir que las mujeres trans puedan participar en las competiciones deportivas femeninas, aunque no está claro cómo lo haría.
De cara a las empresas, quiere emitir más permisos para el fracking con el objetivo de reducir los precios de la energía al 50%, como ha prometido. Igualmente ha asegurado que eliminará las políticas implementadas por Biden para frenar el cambio climático, por ejemplo las ayudas para la compra de coches eléctricos, y que tumbará los límites a las emisiones de gases, junto con otras regulaciones que afectan a la industria del automóvil.
En el terreno de la política exterior, Trump ha repetido que terminará con la guerra entre Rusia y Ucrania en su primer día en el cargo, pero es una afirmación ampliamente cuestionada. «Están muriendo, rusos y ucranianos. Quiero que dejen de morir. Lo conseguiré, lo haré en 24 horas», aseguró. Estos últimos meses, el director de comunicación de su campaña, Steven Cheung, ha insistido a los periodistas en que esta será «una prioridad top» del magnate, «negociar el final de la guerra entre Rusia y Ucrania». «Trump cree que los países europeos deberían estar pagando más del coste del conflicto».