A su manera, o sea discretamente, pero con firmeza, Hansi Flick aísla al Barça del ruido intentando levantar un muro en su vestuario para que no penetre la quiebra institucional. Laporta está bajo sospecha por su gestión del ‘caso Olmo’ y con la oposición pidiendo de manera unánime su «dimisión inmediata» porque sino acudirán al voto de censura para desalojarlo del palco si logran el apoyo de socias y socios.
Desde el estallido del caso el presidente ha callado, mientras el entrenador ha actuado y ha tenido que hablar. Lo hizo antes de viajar a Barbastro y lo hará este martes en Yeda. Flick actúa. Lo hace siguiendo la rutina, como si nada grave estuviera ocurriendo. De momento se ha llevado a los dos jugadores a Arabia para que sientan como si fueron unos más. Y no lo son porque no están inscritos en La Liga ni tienen licencia federativa.
Por eso, y a pesar de el Barça no puede utilizarlos, pendiente como anda de la resolución final que adopte esta semana el Consejo Superior de Deportes (CSD), el entrenador alemán ha querido contar con ellos, confiando aún en que el optimismo del club tenga un reflejo legal.
Flick está enfadado, al igual que Dani Olmo y Pau Víctor. Pero oculta ese profundo malestar aunque fue el primero el pasado viernes en expresar su descontento en público erigido en inesperado portavoz de un asunto que no era de su responsabilidad y luego instó a las «personas» que trabajan en el mismo a que hallen una solución urgente.
El descontento de la plantilla
Ahora actúa en la intimidad para evitar que esa crisis se instale en el corazón del vestuario donde anida un grupo de desorientados jugadores, sobre todo Dani Olmo y Pau Víctor, a quienes las optimistas palabras del club durante meses no han hallado respuesta legal adecuada, a la espera ahora de lo que determine esta semana el CSD.
«Claro que estamos preocupados porque son dos jugadores muy importantes para nosotros»
«Los necesitamos», dijo el alemán poniendo en valor el patrimonio deportivo que está perdiendo con este caso. «Claro que estamos preocupados porque son dos jugadores muy importantes para nosotros», admitió Ronald Araujo, uno de los capitanes, tras el triunfo en la Copa sobre el Barbastro.
Un triunfo que demostró que la plantilla está comprometida y seria. No quiere despistes, menos ahora que la institución vive un estado de zozobra sin fin. Estuvo el Barça responsable de inicio a fin para ganarse el pase a los octavos de final de la Copa. «Es un tema de mal gusto para nuestros compañeros, pero esperamos que se pueda resolver. Como capitán he intentado tranquilizarles», añadió el defensa.
Viajan sin licencia
Con todos ellos, incluidos Dani Olmo y Pau Víctor, que no tienen licencia desde el pasado 1 de enero para poder competir, ha volado Flicka a Arabia Saudí para disputar la Supercopa de España, un título menor. Menor si lo ganas -a Xavi tampoco le sirvió de mucho aquel título alcanzado con el Madrid- y dramático si se pierde porque a tan grave inestabilidad alrededor del club se uniría un tropiezo deportivo. Y ahora más que nunca, Laporta, como suele pasar con cualquier presidente, tiene ligado su futuro a lo que determine el balón.
Flick, un recién llegado al autodestructivo ‘universo Barça’ porque apenas lleva siete meses en el club y en la ciudad, trabaja en fortalecer al equipo, que despidió el año perdiendo el liderato en Montjuïc. No solo eso. Tiene al Madrid, actual dueño del primer puesto, a cinco puntos de diferencia. Y se encuentran los azulgranas a tres del Atlético, quien, además, cuenta un partido menos por lo que en caso de ganarlo abriría una brecha de seis. O sea, el escenario se ha complicado mucho en la Liga.
De ahí, la importancia que adquiere la Supercopa, primer título en juego del curso y antesala de un mes donde el Barça libra batallas decisivas en otras tres competiciones: espera rival en octavos de final de la Copa, debe recortar puntos en la Liga y mantenerse entre los ocho primeros de la nueva Champions para esquivar el play-off intermedio.
Con el nuevo año, Flick recupera a Araujo, excelente partido el suyo en Barbastro, teniendo una pieza de calidad para el intocable eje central integrado por Pau Cubarsí e Iñigo Martínez. También ha recobrado el técnico la versión goleadora de Lewandowski, quien anotó en la Copa dos goles el pasado sábado rompiendo su mala racha. Suma ahora 25 tantos en 25 encuentros. Y en la pasada temporada, con Xavi en el banquillo, el polaco logró 26 goles en 49 partidos. Tiene, por lo tanto, ‘Lewy’ cinco meses por delante para batirse a sí mismo.
Además, Lamine Yamal forma parte de una lista de 28 jugadores (incluido Ferran Torres, que no ha recibido el alta médica), superada ya la segunda lesión en el tobillo que le ha tenido dos partidos de baja: Atlético y Barbastro. De esta manera, Flick recupera a su tridente de lujo en ataque para sortear el complejo obstáculo que supone el Athletic de Valverde, sostenido por ‘los Williams’ (Iñaki y Nico).