La fonda cayó en manos del vandalismo, con la dejadez de la política. El Parador de La Montaña de Firgas cerró sus puertas hace cerca de 12 años, y ahora es la suma de dos esqueletos arquitectónicos que acogieron en su momento el hotel con restaurantes y un albergue junto al paraje natural de Las Huertecillas. Arrasado por los ladrones, se ha transformado en un basurero de cristales y pintadas, en donde todo el mobiliario, cableados y enseres han desaparecido por completo. El Cabildo y Ayuntamiento dejaron morir lo que fue un atractivo turístico, gastronómico, lúdico y formativo, dejando un mamotreto inservible en medio de la naturaleza, del que solo queda el en pie el negocio paralelo de los equipos de telecomunicaciones, con casi una docena de antenas y repetidores que sobresalen sobre la azotea.  

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