El año político en Madrid comienza con la vista puesta en un partido de la oposición. El PSOE madrileño dará por fin forma a su nueva era con el ministro Óscar López al frente en el congreso regional que se celebra el primer fin de semana de febrero, y de cómo se organice internamente el partido y la fuerza que tome quien fuera mano derecha de Pedro Sánchez en el Gobierno dependerá el liderazgo de la oposición en Madrid y el devenir de la política regional.
Quien ya ejerce como secretario general del PSOE madrileño desde el 7 de diciembre tiene como reto erigirse en azote de Isabel Díaz Ayuso sin estar en ninguna de las instituciones madrileñas, pero con la mesa del Consejo de Ministros como una poderosa herramienta. La salida de Juan Lobato de la portavocía de la Asamblea de Madrid ha dejado al partido descabezado en el parlamento autonómico. Su sucesor en el cargo, Jesús Celada, fue nombrado para hacer una transición tranquila hasta que López pudiera hacerse con los mandos, pero su continuidad no está garantizada y, de hecho, surgen ya varios nombres alternativos, alguno incluso cercano al exlíder dimitido.
En el partido sostienen que si el propio Pedro Sánchez llegó a lo más alto sin estar en el Congreso o si Alberto Núñez Feijóo pudo ejercer de líder de la oposición sin estar en la Cámara baja, López puede desempeñar sin problemas su papel estando fuera del parlamento regional. Ser ministro le permite tener una plataforma mediática única, aunque internamente reconocen que tiene un doble filo, porque crisis como la de Muface pueden hacerle daño. «Ayuso ya ha tendido la mano a los funcionarios, diciendo que ella va a ser su protectora. Aunque sea falso, el mensaje está lanzado y puede perjudicar a López», apunta un miembro del PSOE madrileño.
Coordinación de mensajes
El objetivo es unificar los mensajes en todas las instituciones madrileñas, buscando una tricefalia que defienda a nivel autonómico las políticas e inversiones del Gobierno en la región para contrarrestar a una Ayuso que repite que Sánchez busca «cercar» Madrid y ahoga el desarrollo económico y social de la Comunidad. Reivindicar que «Madrid avanza porque España avanza», repitiendo este mantra desde la Delegación del Gobierno, la nueva portavocía de la Asamblea y Moncloa, con López como valedor de Sánchez en Madrid y garante de los intereses madrileños en el Gobierno.
La coordinación de esta tricefalia es algo que en el partido creen que queda garantizada con López y su mano derecha, Pilar Sánchez Acera. Reconocen que no era posible con Lobato porque «iba por libre» y «no compartía» estrategia y discurso con el resto. El nuevo secretario general, explican fuentes de la formación, no conoce «bien la realidad madrileña», pero sí Sánchez Acera, que es quien aseguran que está trabajando para tejer el partido tras la crisis sufrida con Lobato. Si será o no la número dos oficial del partido es otra cosa, porque su imputación se da por descontada en la federación tras la declaración del exlíder del PSOE madrileño en el Tribunal Supremo por los whatsapp que cruzó con ella por el caso del novio de Ayuso y llevó al notario.
López se ha reunido en este primer mes como líder del partido con los alcaldes y el grupo parlamentario y tiene de momento al partido alineado, al menos hasta que se vea cómo quedan repartidas las fuerzas internas en el congreso regional de febrero. Ha inyectado algo más de adrenalina al partido, repiten internamente. El plan que ha trasladado, según explican sus compañeros de formación, es lanzar un mensaje «generalista», que llegue a las «mayorías», y hacerlo mediante la defensa de las políticas del Gobierno.
Alternancia en Madrid
Nada de minorías, relatan, que es donde entienden que se sitúa Más Madrid a pesar de ser un partido que lleva dos convocatorias electorales consecutivas situándose por delante del PSOE. El objetivo es erigirse en representantes del bloque progresista, buscar la «hegemonía» en este lado del electorado para que quede claro que la alternancia a Ayuso son los socialistas y desde ahí empezar a conformar una mayoría que se extienda hacia el centro.
Pide más «contundencia» en las intervenciones para lograr este objetivo. A él se le presupone, «se ve» en sus declaraciones de este último mes, dicen en el partido madrileño, «sale con ganas» contra Ayuso. Del delegado del Gobierno, Francisco Martín, sus compañeros dicen que «es cañero», y esta última semana ha aprovechado el balance anual para dejar claro que seguirá siendo también azote de Ayuso. Solo falta saber qué perfil tendrá quien ocupe la portavocía de la Asamblea de Madrid, si repite los argumentos que llegan desde Moncloa y el papel que se le deje jugar para que la tricefalia socialista retome su carrera para intentar hacerse con la alternativa al Gobierno de Ayuso.